El Banco de España afirma que la crisis tendrá un impacto reducido y pide mayor esfuerzo fiscal

El Banco de España señala, en su último informe sobre la inflación, que la crisis financiera internacional genera incertidumbre sobre el futuro, si bien no espera que se interrumpa el actual proceso de crecimiento en la UE. Respecto a España, el banco emisor considera que, al menos este año, el impacto sea reducido. No obstante, cree que el euro impone un mayor esfuerzo de contención del gasto público y una reducción del diferencial de precios con la UE. La negociación salarial debería tomar como referencia, sostiene, la evolución de los costes en los países del euro.

El Banco de España se muestra más preocupado por los esfuerzos que debe hacer la economía española para adoptar el euro que por los efectos de la crisis financiera internacional. Considera que el impacto de la crisis será reducido en España, si bien señala que la integración plena en la unión monetaria exigirá esfuerzos adicionales en el gasto público, la inflación y la negociación salarial.En su último informe sobre la inflación, el banco emisor señala que la crisis "ha aumentado la incertidumbre" sobre el contexto en que se desenvolverá la actividad económica en los próximos meses y las condiciones en las que España va a afrontar su integración en el área de la moneda única.

No espera, sin embargo, "que se interrumpa el proceso de crecimiento en que se encuentran inmersas" las economías europeas. Para España prevé que se terminará el año con tasas de crecimiento sostenidas (el 3,9% en el segundo semestre) y con una inflación del 2%, una décima menos que la previsión del Gobierno.

Para el año próximo, el informe destila cierta insatisfacción ante la política económica anunciada. "El esfuerzo de contención del gasto público deberá acentuarse", señala, para que se pueda cumplir el objetivo de déficit público anunciado (1,6% del PIB). El presupuesto debe ejecutarse "sin desviaciones", sobre todo si se tiene en cuenta la rebaja del impuesto sobre la renta prevista. La autoridad monetaria pide al Gobierno que "rompa la inercia" en determinadas partidas de gasto -que no concreta-, que "tome las medidas necesarias para romper la inercia" de la inflación en el sector servicios y que "el mercado de trabajo continúe ajustándose a las condiciones de estabilidad que imperan en la economía española y en los países de nuestro entorno".

Política común

Todo ello con la perspectiva de que el euro supondrá una política monetaria común, en la que España no podrá mantener los actuales diferenciales de precios (nueve décimas el pasado agosto) "que han tendido a ampliarse en los últimos meses"."La persistencia de diferenciales de inflación y de costes unitarios entre cualquier país miembro se traducirá, inevitablemente, en pérdidas de competitividad (...) y en reducciones de la actividad y el empleo", según el informe.

Éste sería un "ajuste por la vía más costosa", añade, y por ello "resulta prioritario que los agentes y las autoridades económicas adopten con rapidez la perspectiva que supone la integración en la moneda única al tomar decisiones relativas a la fijación de precios y salarios".

El banco emisor urge reformas estructurales en los mercados "para acercarnos a la inflación media de los países centrales del euro" y considera "fundamental" que los agentes sociales tomen como referencia salarial la evolución de los costes en los países del euro.

Respecto de los tipos de interés, el Banco de España subraya que deberán aproximarse a los vigentes en los países centrales del euro, si bien ello no repercutirá en los tipos a largo.