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Maragall califica de "brindis al sol" el acuerdo del Parlament sobre la autodeterminación

Enric Company

"Lo hemos recibido como un brindis al sol". Así calificó Pasqual Maragall ayer por la tarde el acuerdo del Parlament cuando tuvo noticia de él. "Es una nueva reafirmación de un principio archisabido, que nosotros reconocemos, pero que ahora no tiene valor añadido ni siquiera para los independentistas", afirmó. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat formuló esta toma de posición en presencia del primer secretario del PSC, Narcís Serra, al término de una reunión en Madrid del subgrupo que forman los diputados y senadores catalanes en las Cortes.

Para demostrar que estos planteamientos no le provocan ninguna inquietud especial, Maragall recordó: "Los socialistas hemos trabajado y trabajamos con los independentistas" en el Ayuntamiento de Barcelona "sin problema alguno". Pero los independentistas "son más claros que otros", dijo en oblicua alusión a los nacionalistas de Convergència i Unió (CiU). Maragall equiparó la política de los nacionalistas de CiU a lo que llamó el "modelo quebequés", del que se mostró rotundamente en contra y del que dijo que "hay que huir". El modelo quebequés "es inaplicable" no sólo en Quebec, sino en cualquier lugar del mundo, dijo, "porque ningún país aguanta la incertidumbre provocada por el hecho de estar preguntándose cada cuatro años qué es o no es". Esto es algo muy distinto y alejado de la relectura de la Constitución que Maragall propone como nuevo objetivo del catalanismo progresista y sobre el que ayer precisó algunos aspectos. La reunión con los parlamentarios socialistas estuvo dedicada a preparar lo que el ex alcalde de Barcelona definió como "una labor de pedagogía" para explicar a España lo que Cataluña quiere. Se trata de un esfuerzo necesario, según los socialistas, para "contrarrestar la malísima imagen de Cataluña en el resto de España" originada por 18 años de hegemonía de los planteamientos de CiU en Cataluña. Los socialistas catalanes quieren sustituir el modelo de Pujol basado en "la desconfianza y el regateo" por otro que se fundamente en la confianza y la explicación, el diálogo. El meollo de esta política impulsada por Maragall es la propuesta de que la Constitución reconozca a Cataluña como nacionalidad histórica. De manera que "la misma Constitución o una ley del rango correspondiente, diga que el Estado español se compone de 3 naciones y 14 regiones". No dijo cuáles serían las consecuencias prácticas de ese reconocimiento, pero quedaba claro que debería dar pie a un extenso desarrollo, que situó en la perspectiva del pluralismo que inevitablemente tendrá la unificación europea. Quebec y CiU Ésa sería la forma en que Cataluña podría contribuir, basándose en su singularidad, subrayó, a "ese objetivo común que compartimos". Una cosa que Cataluña va a hacer al mismo tiempo que pida el reconocimiento constitucional como nacionalidad histórica, adelantó, "es garantizar que de este reconocimiento no va a hacer un ejercicio continuo". Es decir, que intentará eliminar las incertidumbres que provoca la práctica del "modelo quebequés" por los nacionalistas. Maragall defendió la oportunidad de llevar a cabo esta relectura de la Constitución no sólo por la nueva situación abierta en España por la tregua de ETA, sino sobre todo porque han pasado ya 20 años de aplicación de la Constitución. "Cada generación debe releer la Constitución", sentenció. Recordó el ex alcalde de Barcelona que la mitad de las personas que van a votar en las próximas elecciones no aprobó la Constitución porque no tenía edad para hacerlo.Y eso es una generación, recordó. Por tanto, añadió, es lógico que ahora este país "se plantee saber dónde está". Pero "de ahí a plantear a cada esquina la autodeterminación hay un trecho que nosotros no recorreremos", aclaró. Maragall tuvo interés en precisar que propone esta relectura desde la convicción de que los primeros 20 años de vigencia de la Constitución han sido un gran éxito y merecen un juicio positivo. En 1978, explicó, la Constitución dijo que el Estado español está formado por nacionalidades y regiones "pero no decía ni podía decir cuáles eran". No podía hacerlo porque no existían, pero ahora sí existen. "Y sin grandes brindis al sol ya se puede decir que el Estado español está compuesto por 3 nacionalidades y 14 regiones". Y ahora, tras el éxito, España está ya en condiciones de "admitir los matices en la autonomía" y dentro del marco general común permitir a Cataluña expresar toda la fuerza de su singularidad "social, cultural, lingüística e histórica". Para que esa propuesta prospere, Maragall dijo que el PSC se apresta a "llevar la voz cantante" en el ámbito socialista en la discusión de estos asuntos. Se mostró convencido de que "los compañeros socialistas" del resto de España van a "ser sensibles" a estos planteamientos. Esto no le impidió adelantar que está convencido de que no va a ser fácil conseguir el objetivo que se ha fijado.

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