El Gobierno francés propone reducir la publicidad de las televisiones públicas
Con el proyecto de Jospin las cadenas estatales renunciarían a más de 30.000 millones anuales
El Gobierno francés desea reforzar la noción de servicio público en sus canales y para conseguirlo quiere liberarlos de su dependencia de la publicidad y de los índices de audiencia. Esa es la idea central subyacente en un proyecto de ley elaborado por los ministerios de Cultura y Economía y presentado ayer ante los parlamentarios socialistas por el primer ministro, Lionel Jospin. El proyecto de ley, que deberá ser debatido por la Asamblea Nacional antes de que acabe el año, prevé reducir drástica pero progresivamente la publicidad en las televisiones públicas.
A la hora de reducir el tiempo de publicidad, Francia quiere tomar como ejemplo el modelo alemán, que prohíbe los anuncios a partir de las ocho de la tarde. Eso ha significado que la ARD y la ZDF, que en 1986 recibían el 53% y el 39%, respectivamente, de la inversión publicitaria, hoy se conformen con el 4% y el 3%. La audiencia, sin embargo, sigue siendo importante: un 29%.Para la TV pública francesa eso supone a renunciar a sumas entre 1.200 y 2.000 millones de francos anuales (entre 30.000 y 50.000 millones de pesetas), según confiaba a este periódico un profesional de la publicidad. Y significa también que va a aumentar el precio de una campaña. Dado que las televisiones privadas hertzianas tienen ya saturado su tiempo publicitario, el precio de cada anuncio parece condenado a aumentar, aunque el Gobierno confía en que una parte de la inversión publicitaria se desvíe hacia la radio, las vallas y la prensa escrita.
Para compensar la reducción de los ingresos publicitarios, Lionel Jospin ha anunciado cuatro vías: el aumento de las tarifas publicitarias; un control mucho más estricto en lo que al cobro del canon por televisor se refiere; un aumento de este canon y también incremento de las subvenciones estatales. Este mayor compromiso económico por parte del Estado es de signo contrario a la orientación seguida por los distintos gobiernos, socialistas o no, desde 1982.
El primer ministro ha revelado que desea crear una nueva estructura, que reagrupe France2, France3, La Sept-Arte y La Cinqui-eme para pasar de una lógica administrativa a una lógica industrial, es decir, para potenciar el peso del grupo en los mercados. El presidente de esta nueva estructura sería nombrado, por un plazo de cinco años, por el Conseil Superieur de l"Audiovisuel (CSA) mientras que el presidente de cada canal lo nombraría el consejo del holding.
Nueva es también la idea de que los presupuestos de la televisión pública deben ser aprobados con carácter trianual o quinquenal, de manera que sea posible un proyecto a medio plazo y los canales puedan organizar su plan de acción sin depender del azar de los vaivenes políticos o económicos. Y Jospin dió a entender también que la ley iba a acabar con el monopolio de que gozaba una de las plataformas digitales para distribuir en exclusiva los canales públicos.
"Quiero que el espectador sepa enseguida que está viendo la televisión del servicio público", ha afirmado Jospin en relación a su proyecto audiovisual.
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