La extrema derecha francesa queda fuera del Parlamento

La peculiaridad del sistema electoral francés ha vuelto a dejar al Frente Nacional (FN) fuera de las cámaras parlamentarias, mientras su líder natural, Jean- Marie Le Pen, trata de revocar en los tribunales la condena, en primera instancia, por agresión que le inhabilita durante dos años para ejercer cargos públicos.A sus 69 años, el jefe supremo de la extrema derecha francesa se la juega estos días ante el Tribunal de Apelación de Versalles porque la eventual ratificación de la condena le dejaría apartado de la esfera política institucional en los años venideros y daría paso a la pelea sucesoria planteada ya soterradamente por su teórico lugarteniente, Bruno Mégret.

La jornada electoral del domingo -renovación de un tercio del Senado y la repetición de la votación en Tolón, anulada por los tribunales, que dio al FN su único diputado- se cerró para la ultraderecha con un doble fracaso. En su feudo de Bocas del Ródano, el Frente Nacional se quedó a las puertas del Senado por una veintena de votos. Y en Tolón la candidata socialista Odette Casanova se alzó con el escaño de la Asamblea en disputa, pese a la que los partidos de la derecha democrática, descartados en la segunda vuelta, dieron libertad de voto a sus electores.

El peso de la doble frustración planeó ayer entre los manifestantes del FN que, envueltos en la bandera tricolor y enarbolando pancartas con el lema de "Justicia para Le Pen", se movilizaron ante las puertas del Palacio de Justicia de Versalles en apoyo de su líder. A la cita no faltó naturalmente el sinuoso número dos del FN, Bruno Mégret, que ayer galvanizó los ánimos poco entusiastas de la militancia con una esperada "revelación".

El hacedor de los pactos regionales suscritos entre el FN y los barones de la derecha democrática, acuerdos que hicieron estallar a la UDF (Unión por la Democracia Francesa), desveló que las magulladuras que mostraba la diputada socialista Anette Peulvast tras su encuentro con Jean- Marie Le Pen eran fruto de un balonazo que la víctima habría recibido dos semanas antes.