Convergència teme que la salida al conflicto vasco aparque sus aspiraciones

Los nacionalistas catalanes no van a renunciar a sus aspiraciones, haya o no haya horizonte de paz en el País Vasco. En Convergència (CDC), el partido de Jordi Pujol, hay alarma ante la posibilidad de que el PP y el PSOE acuerden una solución al conflicto vasco que pase exclusivamente por la revisión de los regímenes forales de Euskadi y Navarra y que, en tal caso, sus aspiraciones soberanistas queden arrumbadas. El secretario general de CDC, Pere Esteve, advirtió ayer mismo de que si no se hace una nueva lectura de la Constitución que certifique la plurinacionalidad del Estado, dejarán de considerar válida la Carta Magna.

La dirección de CDC ratificó ayer el compromiso de no buscar ventajas en un eventual proceso de pacificación de Euskadi, pero subrayó que su formación no tolerará salir perjudicada del mismo. El comité ejecutivo de Convergència se aferró a la Declaración de Barcelona -suscrita por los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos-, así como a los repetidos discursos soberanistas de su líder, Jordi Pujol, todos ellos muy anteriores a la tregua declarada por ETA, para rechazar las sospechas de oportunismo político que se ciernen sobre la actitud de los nacionalistas catalanes.Los convergentes consideran que una cosa es separar la nueva situación en que ha entrado el conflicto vasco de las aspiraciones de los nacionalistas catalanes, y otra muy distinta que éstas últimas queden aparcadas. La dirección de CDC alertó ayer expresamente contra la posibilidad de que PP y PSOE pudieran convenir en la viabilidad de explorar una solución al problema vasco que pasara por desempolvar la disposición adicional primera de la Constitución, que prevé exclusivamente la reforma de los regímenes forales del País Vasco y Navarra. Los dirigentes de CDC consideran que tal eventualidad sería perjudicial para las reivindicaciones nacionalistas catalanas, que se descolgarían de la apertura del melón constitucional.

Esteve fue tajante, tras la reunión de la ejecutiva de CDC, al advertir de que si no se hace una nueva lectura de la Constitución que dé salida a las aspiraciones soberanistas de Convergència, su partido dejará de considerar válida la Carta Magna.

Duran, con más cautela

Con más cautela formal, pero apuntando en la misma dirección, Josep Antoni Duran, líder de Unió Democràtica y socio de Jordi Pujol en CiU, subrayó que las reivindicaciones de la coalición nacionalista catalana pueden ser satisfechas sin necesidad de una reforma constitucional, aunque abogó por desdramatizar tal posibilidad. Duran dijo que sería de "irresponsables" vincular el futuro nacional de Cataluña con la suerte del País Vasco. "Hay que separar radicalmente nuestras reivindicaciones de la tregua, porque ambas cosas no tienen nada que ver entre sí", declaró Duran al término de la reunión semanal de la dirección de Unió.Aunque pudiera parecer que estas palabras entraban en contradicción con las que había pronunciado Pujol 24 horas antes para advertir contra la posibilidad de que Cataluña fuera excluida de "los cambios que se avecinan", tal contradicción no existe. Si acaso, una tonalidad distinta a la hora de las formulaciones, como quedó claro cuando Duran recalcó que las reivindicaciones de CiU "no son oportunistas" y consideró que éstas deben encontrar una salida independientemente de la suerte que corra el conflicto vasco. "No podemos depender", agregó, "ni de las negociaciones para pacificar Euskadi, ni del éxito de todo este proceso".

Por otra parte, Pujol señaló anoche en declaraciones a Catalunya Ràdio que "en tres años" se tendrá que resolver "de una vez por todas" el sistema de financiación autonómica, que considera "injusto y discriminatorio" para Cataluña.