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Los compromisos de pago adquiridos por el Consell superan el billón de pesetas. El Consell tiene comprometido el 10% del presupuesto de 1999 desde hace dos años

Los pagos comprometidos por la Generalitat Valenciana desde finales de 1997 para ejercicios futuros alcanzan la cifra de 1.042.193 millones de pesetas, una cantidad similar al presupuesto inicial de la Generalitat para 1998, ligeramente superior al billón de pesetas. Obras Públicas y Sanidad son las dos consejerías que más obligadas se encuentran por compromisos de gasto futuros, pero la deuda pública desborda cualquier otro elemento y exige, a partir del año 2000, la cantidad de 652.244 millones.

La Cuenta General de la Generalitat Valenciana recoge el estado de la tesorería de la Hacienda pública a finales de 1997 y está firmada por el interventor general, Salvador Hernándiz García. Si el capítulo de ingresos pendientes de cobro, cuya liquidación efectiva no resulta demasiado afortunada puesto que apenas se ha ingresado un 18% de los 237.000 millones que recogen las cifras oficiales correspondientes a los ejercicios presupuestarios desde 1990, el capítulo de compromisos de gasto futuros desborda con creces todas las cifras de ingresos. La partida más espectacular es la referida a la deuda a largo plazo de la Generalitat. Los intereses de la deuda correspondientes al actual ejercicio superan los 31.000 millones. Y está previsto amortizar unos 15.000 durante 1998. Así, la deuda pública exige una consignación de 46.595 millones en el presupuesto que se ejecuta en el momento presente. El volumen de la deuda, que alcanzaba los 425.000 millones a finales de 1997, obliga a reservar 29.043 millones para el pago de intereses para 1999, un año en el que está previsto amortizar 20.947 millones, en total cerca de 50.000. Sólo el servicio de la deuda consume así cerca de un 5% del próximo presupuesto, que Hacienda elabora en la actualidad. Las previsiones para el año 2000 son más halagüeñas. A finales de 1997 estaba previsto destinar al pago de intereses 23.200 millones y amortizar apenas 5.712 millones. Pero las modificaciones al alza de la emisión de deuda para 1998, desde 50.000 a 62.000 millones de pesetas, pueden alterar las previsiones de Hacienda. El recurso a la deuda es una obligación de las administraciones públicas, pero su servicio no se agota nunca. Así, la cuenta general recoge una estimación de las obligaciones que exige la deuda pública para el año 2001 y siguientes que supera los 650.000 millones de pesetas: 268.832 para el pago de intereses y más de 380.000 para la amortización de las cargas financieras. El volumen de gastos comprometidos para el futuro que recoge la cuenta general de la Generalitat no tiene en consideración otras fórmulas de ingeniería financiera que el Consell que preside Eduardo Zaplana ha puesto en práctica sin contemplaciones desde su acceso al poder para esquivar las exigencias de convergencia monetaria que impone la Unión Europea a todas las adminsitraciones pública, que implican un reducido endeudamiento Sólo el plan de financiación de las universidades supera los 75.000 millones de pesetas, que la Generalitat se ha comprometido a pagar en plazos a partir del año 2012, con los intereses correspondientes. El volumen de obras comprometidas según el modelo de pago alemán, denominado llave en mano -que consiste en cumplir las obligaciones una vez que se entrega la obra- no está recogido en las estimaciones de la cuenta general. Tampoco las obras que desarrollan diversas administraciones menores, esencialmente diputaciones y ayuntamientos, que se han comprometido sobre todo a la hora de edificar colegios e institutos. Un número de obras que escapa al control del interventor. Entre las obligaciones de gasto futuras destacan las inversiones comprometidas por Obras Públicas para el presente ejercicio, que superaba a finales de 1997 los 46.500 millones de pesetas. Las grandes infraestructuras obligan siempre a inversiones plurianuales y así, Obras Públicas ya tiene comprometidos cerca de 30.000 millones para el ejercicio de 1999 y casi 13.000 para el 2000. Las transferencias de capital que revierten en inversiones también consumen partidas importantes: 12.292 millones en 1998 y 8.015 en 1999. El total de gasto comprometido por la Consejería de Obras Públicas para ejercicios futuros asciende a 89.737 millones en inversiones directas y más de 24.000 en transferencias de capital con carácter finalista. Volumen de personal Por volumen de personal destacan los compromisos en el capítulo de gasto corriente de las consejerías de Sanidad, sobre todo, y Educación. El gasto corriente cubre las nóminas de los funcionarios y exige una previsión de 6.952 millones en Sanidad para este año y 9.378 para el próximo ejercicio. En Educación, el mismo capítulo exige 2.917 millones para 1998, pero queda muy reducido en ejercicios posteriores. Resulta sorprendente que la estimación de gasto comprometido para pagar al personal sanitario a partir del 2001 ascienda a 62.560 millones de pesetas, mientras que la nómina del profesorado, que asume Educación, sólo considera comprometido un gasto de 181.513 millones. Sólo los complementos pactados con los médicos, que no disfrutan los docentes, pueden generar tales obligaciones. Sí cobra cierta importancia el capítulo de inversiones en Educación y Cultura, que asciende a 9.231 millones para 1998, a los que habría que sumar 2.684 millones en transferencias de capital. Sanidad empezó el ejercicio de 1998 con un compromiso de inversiones directas superior a los 4.000 millones, una previsión que se esfuma en ejercicios posteriores. Los datos de inversiones directas corren en paralelo a la capacidad de ejecución presupuestaria. Todas las consejerías presentan índices elevados a finales de año, pero un riguroso seguimiento de las inversiones plurianuales demuestra que muchas obras se trasladan tal cual de un ejercicio al siguiente con las mismas previsiones de gasto. Por escaso volumen de compromisos adquiridos para futuro destaca la Consejería de Empleo, Industria y Comercio, que sólo tenía comprometidos para inversiones directas a principios de este año una cantidad de apenas 22 millones de pesetas, aunque tenía previsto conceder subvenciones finalistas a través de transferencias de capital por un total de 941 millones. Un caso paralelo es el de la Consejería de Bienestar Social, que si sólo tenía inversiones comprometidas a principio de 1998 por un total de 488 millones, tenía previsto distribuir subvenciones por un total de 3.797. La misma consejería ha anunciado recientemente un plan gerontológico con una previsión de gasto cercana a los 30.000 millones, un gasto que la oposición desestimó la considerarlo comprometido de antemano.

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