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La mediación de Cascos evita a Tocino un revés en el Congreso por las obras hidráulicas

Irritación en CiU y PNV por carecer de información sobre un decreto aprobado en agosto

Tenía el viento a favor y se vio envuelta en una tormenta. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, pasó ayer un susto en el pleno del Congreso donde se votaba, con todas las de ganar, la convalidación de un decreto-ley que declara de interés general 74 obras hidráulicas por 216.000 millones de pesetas. Pero la intervención de la ministra en el turno de réplica irritó de tal manera a sus socios de Gobierno que, ante la amenaza de perder el respaldo del PNV, fue necesaria la intervención del vicepresidente, Francisco Álvarez Cascos, para asegurarse de que no iban a cambiar el sentido de su votación.

"Soy doctor ingeniero, señora ministro. Lamento que nos trate como tontos", espetó el veterano diputado por Tarragona de Unió Democratica de Catalunya Salvador Sedó, tras escuchar la réplica de Tocino a las intervenciones de todos los grupos parlamentarios. La segunda intervención de la ministra fue pródiga en explicar la diferencia entre el decreto que se aprobaba y el Plan Hidrológico Nacional (PHN), con alusiones al Libro Blanco del Agua y a una memoria económica del decreto. Pero, paradójicamente. ningún diputado recordaba tal memoria.Contó Sedó que la experiencia de sus doce años como parlamentario le ha colocado en una posición de escepticismo cuando le hablan de fechas para el Plan Hidrológico. Desde 1993 se lo ha escuchado a José Borrell y ahora al Gobierno del PP. "Mejor no hablar de plazos, no se aprobará", dijo al verificar que si el Libro Blanco del Agua se presenta en octubre no se cumplirá la promesa de tener el PHN antes de que finalice el año, ni siquiera antes del año 2000, por la cascada de elecciones que se avecinan. "Decir lo contrario es vender humo", apostilló.

La queja de Sedó y Joxé Joan González de Txabarri, del PNV, arrancó de la falta de información previa a sus grupos parlamentarios sobre el contenido del decreto y de la referencia que aparece en su exposición de motivos, donde se reconoce que el PHN se demorará. Sólo así se justifica la necesidad de declarar como obras de interés general del Estado 74 proyectos valorados en 216.000 millones.

Sedó criticó cómo a los tres días de que el Gobierno aprobara el decreto-ley del 28 de agosto, la ministra lo mantuviera en secreto en una intervención en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, a la que habían acudido el propio Sedó y otros parlamentarios especializados en la política del agua.

Como Clemente

González de Txabarri censuró a Isabel Tocino que no figurara ninguna obra de las comprometidas en los convenios del ministerio con el País Vasco, como el saneamiento del área de Gernika o la presa de Herrerías en el nacimiento del Nervión para garantizar el abastecimiento de Bilbao. "No hay ninguna obra que deba declararse de interés general en el País Vasco", le contestó la ministra, quien aseguró que sí había remitido información sobre el decreto. "Nosotros decimos que no lo hemos recibido y ella dice que lo ha enviado. Esto es como Clemente, que va diciendo por ahí que ni ha dimitido ni le han cesado", apostilló enfadado Txabarri en los pasillos.El inesperado enojo de Sedó y Txabarri, aplacado por la mediación de Cascos (ausente de la cámara) ante el PNV, se habría evitado, según el primero, si la ministra se hubiera limitado en su réplica a dar "una cambiada" en lugar de intentar aclarar que el tema del día no debía confundirse con el Plan Hidrológico Nacional. "Como si fuéramos tontos", reiteraba Sedó lamentando que un debate rutinario se hubiera agriado innecesariamente. También en las filas del PP se deslizaron críticas por lo bajo hacia la ministra-

Con todo, la votación salió airosa en favor del Gobierno, con 293 síes, siete votos negativos y 15 abstenciones. No podía votar en contra el PSOE porque el decreto es el calco de una enmienda suya a la ley de acompañamiento de los Presupuestos de 1998, pero su propuesta para que se tramitara como ley para incorporar algunas sugerencias de la oposición sólo consiguió 145 votos frente a 170 desfavorables.

Cristina Narbona hincó el dedo en la llaga: "Ha sido el espectáculo más bochornoso en lo que va de legislatura. No la han aplaudido ni siquiera los de su propio grupo, y ha tenido que pedir disculpas". La portavoz socialista de Medio Ambiente precisó que todos se veían obligados a votar el decreto porque en todas las provincias había alguna obra: "Puestos así, el trámite de los decretos son un chantaje; o lo tomas o lo dejas. Y van 50 con el Gobierno del PP".

Para Pedro Antonio Ríos de IU, el decreto ley revela el fracaso de los sistemas de financiación privados puestos en marcha por la ley de "amañamiento", como calificó a la Ley de Medidas Fiscales de 1998 que abrió la puerta a las inversiones privadas para ejecutar y gestión obras hidráulicas. Según Rios el decreto servirá para cortar cintas en las elecciones municipales y autonómicas de 1999.

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