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El PP de Granada pretende levantar una estatua al primer alcalde del franquismo

El equipo municipal de gobierno de Granada, del PP, tiene intención de colocar una estatua, costeada por un grupo de empresas suministradoras, en memoria del primer alcalde de la dictadura franquista, Antonio Gallego Burín, que rigió la ciudad entre 1939 y 1951. Tanto el grupo Socialista como el de IU mostraron ayer su rechazo a la colocación del monumento y anunciaron que votarán en contra si la propuesta se somete a la consideración de la comisión municipal de Honores y Distinciones, cuyos miembros llevan un año debatiendo infructuosamente una propuesta socialista para bautizar varias calles con los nombres de los alcaldes de la Segunda República. La estatua, que ha sido encargada al escultor Miguel Moreno, representa a Gallego Burín arropado con abrigo y sombrero, según la somera descripción que hizo el delegado municipal de Urbanismo, Miguel Valle. La escultura irá emplazada provisionalmente en la glorieta de Neptuno que, según el Plan General de Ordenación, será la futura "puerta de entrada" a la ciudad. La estatua ha sido encargada por las empresas suministradoras municipales en compensación por las molestias ocasionadas por las numerosas obras públicas que han convertido Granada un gigantesco laberinto. Gallego Burín fue el diseñador de la Granada moderna. Los criterios urbanísticos que empleó -como la apertura de la calle Ángel Ganivet a costa de destruir el viejo barrio de la Manigua- siempre han causado controversia. Amelia Romacho, concejal de IU, dijo que su grupo no tendría inconveniente en que prestara su nombre a una calle pero nunca consistirá la colocación de la estatua. "Al Ayuntamiento se le va la mano en la beatería y en el carácter derechista de sus estatuas", señaló Romacho, en referencia también a la otra estatua impulsada por el municipio -la del fraile limosnero Leopoldo de Alpandeire- que, aunque lleva terminada hace casi un año, aún no ha sido colocada en la plaza del Triunfo, cerca del túmulo donde se venera su cadáver. El portavoz socialista, Antonio Cruz, declaró que resulta significativo que el Ayuntamiento "haga un monumento al primer alcalde después de la guerra civil que, como cualquier gestor, tiene sus luces y sus sombras y, por el contrario, lleve un año debatiendo la propuesta socialista dar a varias calles los nombres de los alcaldes de la República. Esto manifiesta la ideología que sustenta al PP. Un gesto de este tipo vale más que cualquier comentario". "Hasta ahora", añadió Cruz, "el PSOE ha mantenido que todos los reconocimientos de hijos ilustres de Granada se acuerden por unanimidad. En este caso, sin embargo, la decisión ha sido unilateral, ya que lamentablemente hemos tenido conocimiento de la colocación de la estatua por la prensa".

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