Futuro
Si en efecto ETA deja de matar, no creo yo que sea en el País Vasco donde se produzcan los cambios más notables. En una deslumbrante intervención durante alguno de los últimos pactos entre partidos nacionalistas, armado con su mejor acento de Chamberí, dijo Arzalluz: "Ahora ya no hay que tenerle miedo a abrir el melón". Interpreté, erróneamente, que por fin íbamos a ver lo que esconde en el fondo del coco, pero pronto comprendí que se refería a la Constitución. Y es verdad que si desaparece el chantaje de ETA los partidos nacionalistas podrán defender sus programas de independencia sin ser acusados de colaborar con el crimen. De ese modo descubriremos lo que ya sabíamos, es decir, que todo partido nacionalista quiere la independencia de su nación, como es lógico. Nada nuevo para vascos y catalanes, sólo otra vuelta de tuerca hacia la creación de minorías "extranjeras", es decir, no nacionalistas, en las nuevas naciones. Soportable.Pero lo que en verdad habrá de cambiar es el resto de España. ¿Alguien conoce el fascinante futuro que propone Aznar a quienes deseen seguir siendo españoles? ¿Tiene algo apasionante que ofrecer, aparte de un saldo de acciones de Telefónica y una jauría de locutores multimedia? Además de querer encarcelar a González, arruinar a Polanco y enriquecer a Villalonga, ¿alguien conoce otro proyecto político de este émulo de Maquiavelo? ¿Y sus colegas? ¿Dejarán a Borrell proyectar un poco de futuro, aunque sólo sea para tenerlo entretenido, los propietarios del partido socialista? ¿Cambiarán de una vez la sentimentalidad pequeño burguesa (así se llamaba antes) por el coraje de la razón? La España del González terminal y la del Aznar aún no nacido, es como para que exija la independencia hasta Rodríguez Ibarra.
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