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Leihotikan y Buitraker publican sus primeros discos con el sello Gor

El estereotipado rock vasco, aquel aderezado con instrumentación cañera, textos en euskera y prosa cargada de referencias políticas y sociales, continúa seduciendo a los empresarios discográficos de Euskadi y Navarra. La edición por parte de Gor de Lurrun makina, estreno del Buitraker, es sólo un nuevo ejemplo. Lo primero que llama la atención en el primer trabajo del quinteto pamplonés es su esfuerzo por entremezclar detalles propios del rock más duro, algún sampler y arreglos tribales concentrados en la impronta étnica de la percusión, un ejercicio de fusión que, en ocasiones, pretende acercarles al lúcido mestizaje de bandas como Negu Gorriak. Sin embargo, la base de sus diez temas es el metal, género extendido entre los grupos más sediciosos de su ámbito. Y Buitraker es uno de ellos. El caso de los también navarros Leihotikan es diferente. Una detenida escucha de Hemen ez da ezer aldatzen, elepé que toma el relevo a dos maquetas fraguadas en casi un lustro de existencia, permite comprobar una identidad de ideas entre ambas bandas, pero Leihotikan apuesta por una mayor sutileza en las letras y un estilo musical poco arraigado: punk rock y hardcore melódico que les emparenta con los grupos apadrinados por el sello californiano Epitaph Records.

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