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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dos o nada

LA ELABORACIÓN de las listas electorales de Convergència i Unió para las elecciones autonómicas catalanas, todavía no convocadas, ha dado pie a una ruidosa batalla entre los dos socios de esa coalición. Unió Democràtica de Catalunya (UDC) cuenta con una cuota del 25% de los candidatos, que le asegura los puestos tercero y octavo en la lista para la Generalitat, un trato que empezó siendo muy favorable para lo que hace 20 años era una pequeña formación salvada del naufragio de la democracia cristiana española en las primeras elecciones de la transición, pero que actualmente se ha convertido en un corsé insoportable para este partido que ha crecido a la sombra de Pujol y ha logrado convertirse en interlocutor directo de los grandes partidos españoles.El partido de Pujol, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), es un movimiento dirigido por un líder gastado por 18 años de poder, indiscutido e indiscutible, que ha barrido a todos sus sucesores. UDC es un partido ascendente, cohesionado por un líder joven y ambicioso, que ha conseguido rozar en popularidad a Pujol y ha demostrado una buena cintura para ensayar alianzas con otras formaciones, desde los populares hasta los socialistas. La ausencia de una sucesión clara dentro de Convergència, en el momento en que se acercan las últimas elecciones que tienen asegurado a Pujol como candidato, ha puesto las cosas más fáciles a Duran para intentar aclarar el futuro. Unió planteó la batalla por obtener el número dos de la lista, con la intención de asegurarse la sucesión in pectore. Pujol y CDC se han cerrado en banda, a pesar incluso de algunas disidencias en su propio seno, y han dejado su oferta en los números tres y cuatro. UDC ha respondido que el dos o nada.

Pujol ha reaccionado ascendiendo a la secretaría de su partido al consejero de Economía, Artur Mas, en un gesto palaciego equivalente a la indicación de un nuevo delfín. Pero la pelea familiar, reproducida una y otra vez en los últimos años, ha roto esta vez las piezas más valiosas de la vajilla y UDC sale de la escaramuza con conciencia de derrota, pero con moral para anunciar la guerra desde el día siguiente a las elecciones, momento en que replanteará su peso en la coalición e incluso la continuidad de la alianza. La cuestión que deberán resolver los asesores matrimoniales es si puede haber convergencia si falta la unión.

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