Mayor endurece el tono y afirma que no cambiará la política penitenciaria

No habrá cambios en la política penitenciaria. Al menos hasta después de las elecciones vascas. El ministro del Interior, Jaime Mayor, aseguró ayer que "no debe hacer ninguna modificación de la política penitenciaria" porque en estos momentos "no sirve para nada". El anuncio supone un evidente endurecimiento del Gobierno tras barajar, una vez conocida la tregua de ETA, el acercamiento de presos de la banda a cárceles de Euskadi como medida de distensión.

El cambio de tono en el mensaje del Gobierno no pasó ayer desapercibido para el PNV, que había alabado las primeras declaraciones del presidente del Gobierno sobre la tregua, realizadas en Perú. José María Aznar, dijo entonces que el Ejecutivo no sería "insensible" ante la iniciativa de ETA.Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso, lamentó el lenguaje "más duro" empleado por el Gobierno tras las palabras iniciales de Aznar en Lima. Anasagasti atribuyó a la reunión entre el presidente y el líder del PSOE, Joaquín Almunia, el endurecimiento de la postura del Ejecutivo.

Mayor también declaró el pasado domingo en el diario El Correo que el Gobierno haría una "oferta seria" a ETA si se confirmaba su renuncia a la violencia, en una alusión a la eventual reinserción de los 536 presos de la banda, aunque descartara cualquier concesión política. Ayer, varios ministros rechazaron sin ambages cualquier iniciativa de distensión sobre los presos, tal como reclaman el resto de los partidos, incluido el PSOE.

"Me parece que un gesto, por hacerlo simplemente, sin saber para qué y por qué, no creo que en estos momentos sirva para nada", declaró Mayor a Onda Cero. "La experiencia de estos años de gobierno", agregó, "es que desde la exigencia y la firmeza ha habido resultados". Mariano Rajoy, ministro para las Administraciones Públicas, incidió en lo mismo: "El Gobierno no está para hacer gestos ni para ofrecer falsas expectativas".

Prevalece en las declaraciones de los ministros la cautela y cierta incertidumbre sobre el proceso recién iniciado. "En este momento el Gobierno tiene que ser prudente y afirmar que no estamos sino en el inicio de un proceso que no se sabe cómo va a continuar", afirmó Rajoy. Pero también subyace el convencimiento de que la tregua no supone el cese de la violencia. "Si ETA anunciara el abandono definitivo de las armas, cambiarían radicalmente las cosas", concluyó Rajoy. Por ello, todo fueron ayer llamamientos a la calma. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, insistió en declaraciones a RTVE en la necesidad de que impere "la serenidad y la no precipitación".

Firmeza del Gobierno

Con la negativa a variar la política penitenciaria -uno de los caballos de batalla de los partidos nacionalistas vascos y de IU en los reiterados ataques que han lanzado contra Mayor desde hace dos años- el responsable de Interior mantiene su imagen sosegada. Pero sobre todo pretende no ofrecer ningún indicio de desconcierto en el Gobierno. "[Un gesto como el acercamiento de los presos] para lo que serviría es para que los miembros de ETA interpreten que hay nerviosismo, que hay necesidad de mover ficha por parte del Gobierno, que en estos momentos cambiamos sustancialmente todo". Eso sí, Mayor señaló que no se pierde el tiempo por hablar entre los partidos democráticos y "madurar posiciones".Se fija así un compás de espera al menos hasta que se celebren los comicios en el País Vasco el próximo 25 de octubre. Mayor se mostró desafiante ante el reto electoral. "Veremos qué dicen y hacen quienes han configurado un frente nacionalista cuando vean sus resultados. Lo que digamos los vascos en las urnas va a ser determinante en la dirección en la que hay que apuntar".