Unió replanteará su pacto con Convergència después de las autonómicas tras el desaire a Duran
La batalla está perdida, pero la guerra será larga. Eso opinan algunos dirigentes de Unió Democràtica, el socio democristiano de Convergència. Josep Antoni Duran Lleida, líder de UDC, ha perdido el pulso que mantenía para ir en segundo lugar en la lista de las elecciones catalanas, pero ayer mismo aseguraba que mantendrá una ronda con los dirigentes de los partidos catalanes en la que contará la crisis con el partido de Jordi Pujol. Mientras, dirigentes de UDC afirman que quieren replantear su pacto con CDC tras las autonómicas, que se celebrarán probablemente en marzo.
Unió ha perdido, de momento, el pulso con Convergència por las listas en las próximas elecciones catalanas, pero los convergentes purgarán el desaire que ha sufrido UDC en las carnes de su líder.Josep Antoni Duran Lleida compareció ayer ante la prensa, tras un intenso fin de semana, para asegurar que ambos partidos "consideran cerrado el debate y preparan elecciones al Parlamento de Cataluña". Al menos, ésa es la intención oficial de ambos partidos, que ayer reunieron a su comité de enlace.
El líder de UDC, en tono de parte de guerra, expresó su decidido rechazo a la última oferta proveniente de CDC y que consiste en ceder el tercer puesto y el cuarto a Unió para que Duran abandone el octavo, en el que piensa concurrir -los dos primeros que corresponden a Unió en las listas son el tercero y el octavo-.
"Esa oferta no es nueva", dijo el líder democristiano, a quien CDC le había sugerido el tercer puesto -que ocupa el presidente de UDC, Joan Rigol- o el cuarto.
En la reunión del comité de enlace de ayer tan sólo se habló cinco escasos minutos del orden de la lista. "No hemos dado ninguna respuesta [a CDC] porque ya nos lo habían ofrecido. El comité de gobierno de Unió no puede modificar una decisión del consejo nacional. No podemos, tampoco, entrar en el asunto del mercadeo de los puestos. UDC se queda donde está y así se lo ha hecho saber a CDC", manifestó Duran Lleida.
Un "número dos"
El líder de Unió, que había tenido duras palabras para los convergentes durante la reunión del consejo nacional del pasado sábado, se mostró ayer mesurado en sus manifestaciones. Eso no evitó que asegurara que la opinión pública lo ve como número dos.Su mensaje fue claro: indignación por el desaire, fidelidad con su pareja política para las elecciones y coqueteo con los demás partidos. "Nosotros no hemos pedido la renegociación del pacto CDC-UDC para la próximas autonómicas", aseguraba el líder de Unió.
Sin embargo, algunos dirigentes del partido consideran que el desaire sufrido por Duran exige una respuesta contundente. "De momento, en todo el proceso electoral vamos a cerrar filas en torno a la coalición. Pero la experiencia de lo sucedido requiere un replantemiento, una relectura del pacto electoral entre Convergència y Unió", afirmaba un alto dirigente de UDC. El acuerdo establece que de cuatro miembros de una lista tres serán de Convergència y uno de Unió. UDC no ha pedido formalmente su revocación, aunque sí una relectura más flexible.
En Unió son conscientes de que Jordi Pujol es quien encabeza la lista y es el candidato de ambos partidos. Sin embargo, también saben que la negativa para que Duran ocupe el segundo puesto ha venido directamente de él, de Pujol.
En CDC afirman que sería difícil que Pujol pudiera hacer tragar que Duran fuera de número dos, pero esto es una excusa para UDC, donde se recuerda que el partido del presidente de la Generalitat ha sido capaz de digerir un pacto de apoyo al Gobierno del Partido Popular, algo que se daba como difícil.
Para que el desaire fuera explícito y directamente de la mano del presidente de la Generalitat, Pujol decidió hacer miembro del secretariado permanente -el sanedrín del partido- al consejero de Economía y joven valor en alza, Artur Mas. El nombramiento ya estaba decidido. Sin embargo, los dirigentes de CDC supieron el viernes por la tarde que Pujol quería que se hiciese efectivo en la reunión del consejo nacional de Convergència del pasado domingo.
La llamada de Serra
Otro desaire a Duran. No se le da el segundo puesto y se nombra a un joven consejero, amigo personal de la familia Pujol, como probable delfín. El joven Mas suena como futuro conseller en cap -una especie de primer consejero, número dos del Gobierno de la Generalitat-, lo que ha calentado más los ánimos en Unió.Pero Duran no se mantiene a la defensiva. Ayer comunicó que esta misma semana iniciará una rueda de contactos con los principales partidos catalanes para explicarles de primera mano cómo han ido las negociaciones y la crisis que ha enfrentado a su partido con Pujol.
No es la primera vez que lo hace. Cuando una crisis de similares características enfrentaba a las dos formaciones sobre la Ley de Política Lingüística, Duran recurrió al género epistolar para explicar las razones de ese enfrentamiento.
Pujol y Convergència lamentan ese modus operandi de Duran, del que aseguran que coquetea demasiado con los socialistas.
En todo caso, sobre la mesa de Duran esperaba respuesta en la mañana de ayer la llamada efectuada por el primer secretario de los socialistas catalanes, Narcís Serra .
La ronda con los líderes será, sin duda, uno de los elementos que molestará en Convergència. Pero hay otro que no hay que perder de vista. De seguirse el calendario electoral previsto, las elecciones autonómicas serán en marzo, pero después vendrán las municipales y europeas y las generales.
Será en las municipales donde UDC puede plantear su batalla con fuerza. En la actualidad, quedan muchas listas por cerrar y la resolución del problema Duran era una condición para solucionar las candidaturas locales, un terreno en el que tradicionalmente las espadas han estado en alto. La situación complica el encaje de bolillos en el que ambos partidos se hallan implicados.
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