Bailarines españoles denuncian en Lisboa la falta de apoyo a la danza

Los nueve bailarines españoles que el pasado fin de semana protagonizaron en Lisboa la Gala de las Estrellas criticaron duramente el abandono que sufre la danza clásica en España y reclamaron el apoyo de las administraciones para acabar con esa injusta situación iniciada, según ellos, en la etapa de Adolfo Marsillach. Los artistas denunciaron su "forzosa huida" al extranjero ante la ausencia de apoyos y compañías en España.

Organizada por el pabellón español de la Expo de Lisboa, la Gala de las Estrellas reunió en Lisboa a nueve de los más destacados artistas de la danza y el ballet clásico, quienes obtuvieron un notable éxito de crítica y público. Los espectadores tuvieron la oportunidad de disfrutar de Ángel Corella, primer bailarín del American Ballet Theatre; Joaquín de Luz, solista principal de ese mismo grupo; Lucía Lacarra, solista principal del Balllet de San Francisco; María Giménez, primera bailarina invitada del Ballet de Marsella; Blanca Li, solista y directora de su propia compañía en Francia; Jone San Martín, solista del Ballet de Francfort; Ion Garnica, también del grupo de Francfort; José Carlos Martínez, solista principal del Ballet de la Ópera de París; y Carmen Corella, solista del American Ballet Theatre.

Abandono

Todos ellos explicaron este fin de semana a la agencia Efe que la Gala de las Estrellas ha sido una ocasión excepcional para denunciar el abandono que sufre la danza y el ballet clásico en nuestro país, de donde todos ellos se han visto obligados a emigrar ante la ausencia de apoyos y compañías españolas. Precisamente Carmen Corella explica que "la Gala ha abierto una puerta para que se reconozca y se valore nuestro trabajo en España". "Es un poco triste", dice, "que hayamos tenido que marcharnos al extranjero porque en tu país no se respalda tu trabajo como se debiera. La gente tiene que saber que detrás de nosotros hay más bailarines cuya única salida es marcharse de España para buscar trabajo. En España te sientes impotente porque no puedes hacer nada cuando llegas a un determinado nivel. O sales o te asfixias porque la formación se para".El inicio de esta situación, a juicio de los bailarines, coincide con la llegada de Adolfo Marsillach a la dirección general de Teatro, quien se inclinó por fomentar la danza moderna a través de Nacho Duato. No obstante, Pilar Yzaguirre, directora del espectáculo, salió en defensa de Duato afirmando que fue "muy mal recibido" por los bailarines, pese a lo cual consiguió en cuatro años obtener mucho público y triunfar. Por su parte, Ion Garnica propuso nuevas alternativas a esta situación como la creación de un Ballet Nacional, en el que esté incluida la danza clásica y moderna, y la formación de sus propias compañías por las comunidades autónomas. El coordinador artístico del espectáculo, Alexei Issacovitch, también español, propuso la creación de un Consejo Nacional de la Danza, formado por gente "con un poco de honestidad".