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"Por la paz hay precios que no se pueden pagar"

Fue secretario general del PSE en los tiempos más duros para los socialistas vascos, muñidor de la defenestración política de Ricardo García Damborenea y su línea españolista, artífice del largo entendimiento con el PNV, hoy perdido. Casi pudo tocar la otra paz que se frustró en el 93... Txiki Benegas es uno de los dirigentes socialistas que, con Felipe González, apuestan por la tregua de ETA.Pregunta. La tregua de ETA les ha pillado a los socialistas vascos digamos que con el paso cambiado, en guerra con el PNV... Parece como si hubieran perdido ustedes la brújula en Euskadi, ¿no?

Respuesta. La brújula la ha perdido ETA, durante treinta años, y no nosotros. Y no nos ha pillado con el paso cambiado. Hemos tenido información puntual y veraz de todo el proceso, y no porque la hayamos pedido, sino porque, en la otra parte, se sabe que es muy difícil que nada prospere, al menos, sin el partido socialista.

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P. Sigue creciendo la credibilidad de la tregua. Pero ¿por qué los socialistas, Terreros y Almunia en concreto, mantienen una posición tan escéptica? ¿Cuál es la suya?

R. No sé si crece la credibilidad, pero sí es cierto que se ha despertado una esperanza entre los ciudadanos que están hartos de violencia. Pero no busque contradicciones entre nosotros. La verdad es que juntos hemos decidido lo que tiene que decir el partido. En cuanto a mi propia posición, siempre he dicho que tenía que cesar la violencia definitivamente para que la paz pudiera abrirse camino. Ahora el cese de la violencia no es definitivo, sino indefinido, lo que quiere decir que se puede romper unilateralmente y de modo imprevisto. No estoy en el escepticismo, sino en la cautela, pero también creo que a pesar de las limitaciones, lo que ha ocurrido es positivo. Yo mantengo una voluntad clara y decidida de contribuir al logro de la paz, pero sabiendo que hay precios que no se pueden pagar.

P. O sea, que cree que el Estado de derecho no es negociable, ¿no?

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R. El Estado de derecho es reformable por los cauces que establece el propio Estado de derecho. Si alguien cree que la Constitución es insuficiente, debe plantear la reforma democráticamente, y no bajo la amenaza de la vuelta a las armas. Si alguien cree que el Estatuto está obsoleto, que plantee su reforma por los cauces previstos y que compruebe si tienen mayoría, o no, sus planteamientos. Si se aceptaran plenamente las reglas del juego, se podría discutir en qué situación quedan los presos de la organización armada. ETA debería entender que ésta es la salida real y posible.

P. Perdone que insista, pero no está claro cuál será la actitud del PSE en esta situación.

R. Pues sí que está bien claro, aunque no se lo parezca: nosotros consideramos urgente, inaplazable e inexcusable que se convoque un pacto que todavía está vigente, el de Ajuria Enea, para analizar la situación entre todos los demócratas firmantes del mismo. O que se diga que el mayor logro de la gestión de Ardanza, como él dice, ha muerto. Pero que lo sepamos, sobre todo si lo dice el PNV, que nos debe una explicación en el seno de la Mesa de Ajuria Enea. Eso que he oído de que cuando un vasco firma un pacto lo cumple por encima de todo parece que tiene sus excepciones, y Ardanza y Arzalluz nos lo tienen que explicar.

P. Parece claro que al PNV le salen bien las cosas, ¿no? No se les puede negar una intuición política que ustedes no han tenido...

R. Estamos casi en el mismo punto que en el año 93. En ese año habría sido posible la paz mediante un proceso impulsado por el Gobierno socialista y por los socialistas. ETA sabe que no haberlo continuado en 1993 fue un grave error. Nos habríamos ahorrado cinco años de muertes y de sufrimientos. Sólo veo dos diferencias entre el 93 y el 98: en el 93 el PNV estaba al lado de los demócratas y en el 98 no sabemos dónde está, si tirando de la cuerda y de las reivindicaciones de los violentos o, como espero, del lado de los que pensamos que la paz no se puede lograr vulnerando los principios de la democracia. Un importante sector del PNV sabe que el camino no lo pueden recorrer solos, que nos necesitan... La otra diferencia es que en el 93 todo se hizo con discreción, que es como se hacen estas cosas.

P. Benegas, Vera, Corcuera... Usted fue uno de los dirigentes que se entendían bien con el PNV. ¿Por qué se perdió esa cultura?

R. No la hemos perdido. Si impera la sensatez, nacionalistas y socialistas estamos condenados a entendernos, como dijo Unamuno. Pero el PNV no ha sido leal con nosotros pactando leyes con HB. Se lo advertimos y, al final, tuvimos que romper. Con nosotros, bromas o deslealtades ninguna.

P. El PSE ha optado últimamente por jugar en el terreno españolista del PP. ¿No cree que ahora la tregua les obliga a cambiar?

R. No confunda el haber decidido que en el terrorismo apoyamos al Gobierno, y renunciamos a cualquier confrontación electoralista en este terreno, como lo hizo el PP con nosotros, con hacer seguidismo. Con Mayor Oreja tenemos discrepancias serias, pero las planteamos discretamente.

P. Felipe González apuesta fuerte esta vez por la credibilidad de la tregua de ETA. Sin duda, tendrá datos para hacerlo, ¿no?

R. Lo que sí puedo decirle es que es el político mejor informado, y en este caso no ha sido una excepción. Él ha influido en lo que pienso yo: que la ruptura de la unidad territorial es el final de la idea de España. Si ésa es la pretensión, nos tendrán siempre enfrente.

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