En memoria de Ángel Chiclana
El profesor Ángel Chiclana Cardona (don Ángel para muchos) ha fallecido el pasado 12 de septiembre, dejando en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid un vacío difícilmente colmable. Nada más reñido con su hermosa personalidad que unas líneas necrológicas, ¡él, que amaba tanto la vida! Gran profesor que, sin dejar nunca de serlo, sabía establecer con todos una íntima y sincera comunicación capaz de quebrar los formales vínculos académicos. Para sus estudiantes -de la Complutense, pero también de las universidades Wayne State (EE UU) y Windsor (Canadá)- ha sido un privilegio disfrutar de su magisterio, pero a sus compañeros, a los que nos tenía habituados a su generosidad, a su agudo y expansivo sentido del humor, a su profunda sensibilidad humana, nos deja huérfanos de una luminosa amistad.Su quehacer científico es amplio, pero sobre todo profundo. Especialista en literatura medieval, renacentista y barroca italiana, resultan internacionalmente imprescindibles sus trabajos sobre Dante, Ariosto y Tasso. Pero finísima es también su labor de traductor (Goldoni, Aretino, Dante, etcétera). Quienes hayan tenido suerte de escucharle en sus conferencias, saben de su habilidad para trenzar -con especial elegancia- erudición, sensibilidad y humor.
Su sentido de la solidaridad y de servicio a la comunidad universitaria le llevó a ocupar el cargo de vicedecano durante largos años y a ser elegido repetidas veces como representante en claustro.
Los que le conocíamos a fondo le sabíamos frágil, pero de la fragilidad del diamante. Capaz de conmoverse hasta las lágrimas e incapaz de soportar la hipocresía, la envidia o el rencor. Decir que era apreciado por todos en su Facultad, sería faltar a la verdad: era querido, hondamente querido, y así lo seguirá siendo.- .
