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El fiscal pide 54 años de cárcel para el acusado del crimen de la mezquita

El integrista islámico Saad Slamti, de 33 años, se sentará próximamente en el banquillo de la Audiencia de Madrid para responder del doble asesinato del imam de la mezquita de Madrid, Ahmed Zekh, y del diplomático marroquí Thami Azzi Ouazzani. En 1990, Slamti, quien se enfrenta a una petición del fiscal de 54 años de cárcel, casi partió a hachazos los cuerpos de sus víctimas, que en aquel momento dormían.

El doble asesinato acaeció el 23 de octubre de 1990. De nacionalidad marroquí y otrora vinculado a un grupo fundamentalista proiraní, Slamti asesinó a sus víctimas guiado por la obsesión de que eran espías de la corona alauí.Tras el crimen, logró cruzar la frontera y buscó refugio en Francia. En el país galo cambió de identidad y se hizo pasar por un sociólogo. Cinco años después, en junio de 1995, una denuncia delató su verdadera identidad a las autoridades francesas, que informaron a las españolas de su detención y las instaron a solicitar la extradición. Un error -España no cursó entonces la extradi-ción- llevó a Francia a liberarle transcurridos los preceptivos 40 días desde la detención (en Francia no pesaba ningún delito sobre él). El Ministerio de Justicia culpó al juzgado de Madrid que instruía la causa de presentar la petición de extradición fuera de plazo, extremo éste negado contundentemente desde los juzgados de la plaza de Castilla.

Subsanado el grave despiste, la petición de extradición llegó por fin a Francia y la policía pudo apresarle de nuevo antes de que Slamti materializase su meditado deseo de huir a Líbano. Nunca este fundamentalista negó la autoría del doble asesinato: ni en la Embajada iraní, a la que pidió asilo sin éxito antes de huir de la justicia española, ni cinco años después al ser apresado en Francia.

Su pulsión también le llevó tras el doble crimen a telefonear a EL PAÍS para confesar y justificar su sangrienta fechoría: "Me ponían drogas en la comida y me amenazaban de muerte. No pude soportar la presión y les maté, pero fue un momento de ofuscación", relató. Ahora, ocho años después, Slamti espera entre las rejas de la cárcel de Valdemoro la llegada del juicio, que se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia. El tribunal aún no ha fijado la fecha de la vista.

La Fiscalía de Madrid reclama para él dos penas de 27 años de cárcel por cada uno de los dos asesinatos (54 en total). En su escrito de acusación, el fiscal detalla la sevicia con que Slamti acabó con la vida del diplomático y del imam de la mezquita de Madrid, ubicada en el número 6 de la calle del Gobernador y ahora cerrada. Según el fiscal, Slamti "penetró" en un dormitorio de la mezquita, provisto de un cuchillo y un hacha, y de forma "inopinada e inesperada" se abalanzó sobre sus víctimas. Les asestó "múltiples hachazos y puñaladas en diversas partes del cuerpo". Apenas si les dio tiempo a abrir los ojos. Su abogado, Marcos García Montes, señaló ayer: "Mi cliente, como han diagnosticado médicos franceses y españoles, sufre una grave enfermedad mental. Es uno de los casos de enfermedades psiquiátricas más importantes del siglo. Utilizó herramientas típicas de sus creencias musulmanas; el hacha, para las ejecuciones, y el cuchillo, para el sacrificio de animales".

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