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MANOLO SANLÚCARGUITARRISTA

Tomatito, flamenco e internacional

Margot Molina

José Fernández Torres Tomatito se ha convertido en un guitarrista internacional. Sus paseos por escenarios de todo el mundo, sobre todo desde que en 1996 salió su último disco Guitarra gitana, han encauzado su arte "salvaje", en sus palabras, hacia la profesionalización, como demostró en el concierto que ofreció, la noche del pasado jueves en el teatro Lope de Vega de Sevilla, dentro de la Bienal de Arte Flamenco. Tomate & friends, un montaje en el que el artista almeriense se rodeó de flamencos jóvenes con futuro, fue un gran éxito de público. Las entradas se agotaron pocas horas después de salir a la venta, casi a la par que las del concierto que ofrecerá Paco de Lucía el próximo día 26. Además de los abundantes y emocionados aplausos, como es habitual en el flamenco, desde el patio de butacas pudieron oírse exclamaciones como : "¡Tomate, te viá comé las carnes!" o "¡ Ojú que bien, Tomate hijo, que bien!". "Hay muchos guitarristas solistas que no les interesa el cante, por eso no le tocan a un cantaor. Pero, para mí, lo más grande es la voz. La guitarra y el baile se pueden aprender si pasas ocho horas al día estudiando, pero la voz es un instrumento natural que Dios te da", explica el artista almeriense que acaba de cumplir 40 años y que ofreció un espectáculo lleno de ecos Camarón, su amigo y compañero de escenario. "El Potito es un niño de la escuela de Camarón. Tuvo su momento malo pero ahora está muy bien de voz", dice Tomatito de uno de sus compañeros de escenario. Entre sus amigos -ha titulado el espectáculo Tomate y sus amigos- estuvo también la cantaora catalana Montse Cortés, el bailaor Joselito Fernández y los percusionistas Ramón Porrina y Diego El Churri, hermano menor de Raimundo Amador. A los sonidos flamencos se sumaron el violín del jerezano Bernardo Parrilla y la guitarra del argentino Luis Salinas, con quien Tomatito ofreció una jam session. El tango argentino con el que los dos guitarristas comenzaron la segunda parte del programa, fue uno de los temas más comentados por el público. Para algunos se trata de "jazz-flamenco", para otros era un "tango" y, para una buena parte del público era "una cosa muy rara, pero que suena bien". Tomatito, que tenía medida cada una de las intervenciones de los artistas que le acompañaron, ha cuidado su espectáculo hasta en los detalles más pequeños. Todo tuvo su justa medida, desde la cuidada iluminación -que alternó lunas y soles para alumbrar al artista- hasta el programa que se imprimió en español e ingles.

"La música no debe quedarse en un cajón"

Manolo Sanlúcar (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1943) intervendrá esta noche en la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla más feliz que de costumbre. El motivo es que uno de sus sueños está a punto de hacerse realidad: la introducción de la enseñanza del flamenco en los conservatorios andaluces. El guitarrista, uno de los grandes innovadores del género, ofrecerá en el teatro de la Maestranza su espectáculo Locura de brisa y trino. Pregunta. Usted siempre ha luchado porque el flamenco llegue a los conservatorios, pero hay quien dice que la enseñanza reglada mata el arte... Respuesta. Cuando damos un concierto en Manchester o en Canadá y la gente nos pregunta cómo se toca algo, no podemos explicarse que eso es un pellizco o que lo da la tierra, se merecen una respuesta real, con partituras. Hay muchos que intentamos darle contenido al flamenco para que el arte tenga más lugares donde apoyarse y, al final, logre la emoción. P. ¿Usted ha firmado varias sinfonías flamencas, por qué esta nueva obra no lo es? R. Yo hago música sinfónica desde el flamenco a pesar de todos los problemas que eso comporta porque no hay músicos preparados para interpretar el flamenco. P. En la Bienal de 1996 estaba previsto el estreno de su sinfonía Música para ocho monumentos y se suspendió, ¿tiene ya una fecha de estreno? R. Desgraciadamente no. Eso fue un encargo de la Consejería de Obras Públicas en 1992, como cambió el consejero no se ha estrenado. Lo intenté hace dos años, pero la orquesta no lo había preparado. La música no debe quedarse en un cajón.

Llega el aire de Lebrija

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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