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X BIENAL DE ARTE FLAMENCOTOMATITO GUITARRISTA

María Pagés ofrece un cóctel redondo

Margot Molina

El público bebió y saboreó hasta la última gota del cóctel que le preparó María Pagés. La bailaora y coreógrafa sevillana mezcló flamenco, ópera, pop, tango argentino y hasta temas de musicales americanos en la justa medida. El nuevo brebaje se llama La Tirana y se estrenó la noche del pasado martes en el teatro de la Maestranza de Sevilla, dentro de la Bienal de Arte Flamenco. El espectáculo, que también se representó ayer, contó con la dirección de José María Sánchez y la colaboración, en la coreografía y la interpretación de Manolo Marín y Fernando Romero. El resultado fue estupendo, a juzgar por la reacción de los asistentes que agotaron las entradas para las representaciones. La gente se sorprendía en cada nueva escena: "¡Qué bonito!, ¡qué precioso!". Algunos no podían reprimir exclamaciones como éstas cuando en el escenario se sucedían las sorpresas. La mayor de las sorpresas fue ver el solo que ofreció Pagés al ritmo de Casta diva, el aria más famosa de la ópera Norma, de Bellini. El baile innovador y arriesgado de Pagés gustó al público que aplaudió muchísimo el estreno de su montaje más ambicioso: una producción con argumento, de casi dos horas y con música en directo. Los aficionados al flamenco, acostumbrados a montajes en los que escenografía e iluminación no tienen la menor importancia, se quedaron boquiabiertos ante el "derroche" de medios. "Es un espectáculo redondo", se oía decir; pero también hubo voces no tan entusiastas. "Es bonito. Parece que es lo que le gusta a la gente. El flamenco-flamenco se va a quedar como una cosa para cuatro, pero me parece que yo me quedo entre esos cuatro", decía una señora intimidada ante tantos aplausos. El espectáculo de María Pagés, una de las bailaoras andaluzas que más trabaja fuera de España, se sirve de técnicas cinematográficas, algo que es habitual en los trabajos de José María Sánchez, quien también ha colaborado con Pagés en De la luna al viento y El perro andaluz. Burlerías. Esta última es una obra que montó para la Compañía Andaluza de Danza durante su etapa de directora. A María Pagés le entusiasma Goya y esta producción, que no tiene subvenciones públicas, es una idea que acariciaba desde hace tiempo. La historia cuenta lo que le ocurre a un joven, papel que interpreta Fernando Romero, que decide pasar la noche en un museo. Las figuras de los lienzos del pintor zaragozano cobran vida para bailar al ritmo de las músicas más dispares que interpretaron, entre otros, la violinista Eileen Ivers, el acordeonista Martin O"Connor, el percusionista Manuel Soler y el guitarrista flamenco Paco Arriaga. "Algunas caras de Goya reflejan los gestos más flamencos. Las viejas que aparecen en su serie de Los caprichos parecen que acaban de dar un remate", asegura la bailaora.

"Si aprendes música, pierdes lo salvaje"

José Fernández Torres Tomatito (Almería, 1958) está en el mejor momento de su carrera. El guitarrista flamenco se ha convertido en todo un concertista internacional y se codea con grandes músicos. Las entradas para su espectáculo, hoy en el teatro Lope de Vega, se agotaron a las pocas horas de ponerse a la venta, justo después que las de Paco de Lucía. Él, que siempre ha sido un tímido encantador, se ha convertido en un buen conversador. Pregunta. ¿Por qué añade usted "desgraciadamente" cuando le dicen que está en su mejor momento? Respuesta. Porque nunca hubiera llegado dónde estoy si Camarón no se hubiera ido. No sería concertista, sino que seguiría con la guitarra para acompañar el cante, pero estaría con él. P. ¿Cree que la guitarra flamenca debería enseñarse en los conservatorios de música? R. Mi padre era músico, tocaba el clarinete en la Banda Municipal de Almería, y él siempre me decía que primero tenía que ser flamenco y, después, aprender música. Cuando eres un niño, si aprendes música, pierdes lo salvaje que llevas dentro. P. ¿El camino que usted se ha marcado es el de la mezcla del flamenco con otras músicas? R. Yo mezclo, pero la gente tiene que ir a mi ritmo. Si, por ejemplo, meto un violón, tiene que hacer lo que yo digo. P. ¿Le gustaría que alguno de sus seis hijos se dedicara al flamenco? R. No, porque todo el mundo no puede ser figura y ser un obrero del flamenco es muy duro.

"Jam session" de una banda de arte

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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