CiU protesta ante el PNV por la presencia de HB en la inauguración de la cumbre nacionalista de Vitoria
La invitación cursada a dirigentes de Herri Batasuna para asistir al acto inaugural de la cumbre de nacionalistas gallegos, vascos y catalanes, celebrado ayer tarde en Bilbao, provocó protestas por parte de altas instancias de la coalición nacionalista catalana CiU. Organizada por Iparraguirre, empresa editora del diario Deia, la inauguración de la cumbre tuvo lugar en el museo Guggenheim con la asistencia de personalidades del mundo político y empresarial vasco. En las horas previas a la inauguración, la asistencia prevista de parlamentarios de HB provocó que altos dirigentes de CiU expresaran su disconformidad al Partido Nacionalista Vasco, anfitrión de la reunión. Aunque inicialmente se especuló con la asistencia de Arnaldo Otegui, uno de los dirigentes más destacados de HB, éste no hizo acto de presencia. Sí asistió, en cambio, la diputada de la formación radical Jone Goricelaya. La presencia de Goricelaya causó un evidente malestar en la delegación de CiU. Algunos de sus miembros expresaron su temor a que la invitación a miembros de HB al acto inaugural pueda acabar arruinando las perspectivas de la cumbre nacionalista, cuyas sesiones de trabajo se desarrollarán hoy y mañana en Vitoria. Al margen de esta controversia, esta vez no se esperan otras sorpresas en la reunión tripartita PNV-CiU-Bloque Nacionalista Galego (BNG). No habrá referencias a España como Estado confederal. Los partidos firmantes de la Declaración de Barcelona, suscrita en julio de este año en la capital catalana, abordarán en Vitoria temas muy concretos. Hablarán sobre el deporte y sus leyes en la España plurinacional, la financiación autonómica, la cordinación parlamentaria y el proyecto, muy futuro, de alianzas para las elecciones europeas. Estado confederal La cumbre nacionalista de Vitoria se produce después de la polémica suscitada por la de Barcelona. En aquella ocasión, las referencias al Estado confederal en un documento de trabajo anexo a la Declaración de Barcelona provocaron duras reacciones en el PSOE y el PP. La declaración propiamente dicha, es, en cambio, un texto de otras características que no puede provocar grandes suspicacias ni a los nacionalistas españoles, ni a los atentos lectores de la Constitución. Con todo, la polvareda levantada por el término confederal -que no se halla en la Declaración de Barcelona- provocó prudentes distanciamientos e incluso desde dentro de CiU se intentó limar las aristas más ásperas del discurso nacionalista. El líder de Unió, Josep Antoni Duran, se desmarcó de algunas de las posiciones defendidas por sus socios de Convergència. Justamente en las mismas fechas en que se alumbraba el laborioso parto de la Declaración de Barcelona, desde las propias filas de Convergència salió a la luz un documento firmado por la Fundación Barcelona en el que se ligaba el futuro del nacionalismo más a fenómenos de vida cotidianos que a grandes enunciados teóricos. Con todo, la Declaración de Barcelona constituyó uno de los grandes éxitos del secretario general de Convergència, Pere Esteve.
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