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Datos de interés

La huerta en una lata

EMPRESAS» Sola de Antequera S. A.El dicho popular de "salga el sol por Antequera" ha llevado el nombre de este municipio malagueño de 40.000 habitantes por todos los confines. Así que los socios -granadinos de nacimiento y antequeranos de adop-ción- no lo dudaron: sus productos debían identificarse con ese sol. Y para dejar bien clara la raíz andaluza, la marca tenía que ser Al Sur. Hoy, el sol se ha multiplicado por miles. Tantos como latas salen de la cadena de envasado de Sola de Antequera S. A., una empresa familiar que en diez años se ha convertido en la primera conservera de productos hortofrutícolas de la comunidad autónoma. Judías verdes, habas, zanahoria, remolacha, espárragos, alubias, tomate, pimientos, brócoli, ajos, coliflor, romanesco, acelga, apio, champiñón, puerros, maíz, garbanzos, espinaca, alcachofas, melocotón y macedonia de verduras. Casi no queda vegetal en la huerta que esta empresa no se haya animado a meter en un bote. Sus productos están en las estanterías de todas las grandes superficies y en las cocinas de miles de establecimientos de restauración. De la nave enclavada en la vega de Antequera sale cada día una media de 40.000 kilos. Al año, la producción se sitúa en 14.000 toneladas. Lo que en dinero constante y sonante supone una facturación de 1.200 millones de pesetas. El crecimiento anual de esta sociedad, que genera 50 empleos directos y casi 400 indirectos, roza el 20%. "Jamás nos imaginamos llegar a esto. Cuando comenzamos, hace diez años, teníamos cada uno nuestro trabajo y considerábamos un éxito que el proyecto simplemente sobreviviera. A veces nos parece que estamos viviendo un sueño", confiesa José Jiménez, uno de los cuatro socios de la empresa. Los otros tres son su padre, Vicente, y sus dos hermanos, Ramón y Bernardino. Pero no todo ha sido un camino de rosas. Sola de Antequera S. A. nació hace diez años. José y Ramón controlaban entonces el 45% de las acciones. Nunca se plantearon la empresa como modo de vida, sino como una inversión. Hijo y nieto de agricultores, José siguió trabajando en el campo, que era lo suyo, y su hermano en el banco. Pero las cosas vinieron mal. En un año y medio perdieron alrededor de 80 millones de pesetas. Ambos habían avalado los préstamos con sus bienes personales, así que intentaron desprenderse de su parte de las acciones. Como no pudieron conseguir ese objetivo, optaron por la táctica contraria: ir a por todas. Su padre y el otro hermano, Bernardino, le echaron un gran capote al comprar el 55% restante del accionariado. Fue así como casi sin quererlo, estos agricultores se metieron a empresarios. No están arrepentidos. A partir de que se hicieron con todas las acciones, decidieron diversificar productos, ya que hasta entonces la empresa se había limitado al envasado de tomate y judías. "Si no crecemos más es porque no podemos atender más cosas. De momento queremos consolidar lo que hemos conseguido. Antes vendíamos, ahora nos compran", resume José. Casi toda la producción se comercializa en España, aunque algunas partidas se exportan a Chile y Francia. "Ahora no tenemos deudas, pero nuestro trabajo nos ha costado", confiesa José con alivio. Mientras, un camión recién llegado de la vega antequerana descarga judías. En menos de media hora estarán metidas en una lata, hirviendo en grandes calderos para garantizar su esterilización. La empresa es líder a escala nacional en envasado de judías verdes, brotes de ajo, habas fritas con jamón y espárragos verdes. Hay otras líneas de producción en la que la competencia de Murcia, Navarra o La Rioja relega a Al Sur a un segundo plano. El 95% de las hortalizas que procesa la fábrica proviene de otros agricultores de Antequera y el resto de fincas propias. Los socios reconocen que las ayudas comunitarias del Feoga y las de la Junta le han dado un empujón, pero creen también que han tenido mucha suerte porque salieron a flote justamente cuando otras empresas del mismo ramo se hundieron. Bastante olfato comercial y mucho trabajo han hecho el resto. Durante los cinco primeros años de vida, la empresa se dedicó a envasar hortalizas para otras marcas, lo que suponía un menor margen de ganancia. En 1993 decidieron que ya era hora de salir al mercado con nombre propio. Fue entonces cuando nació Al Sur. Desde ese año, sus latas llevan el sol más allá de Antequera.Dirección Carretera Córdoba-Málaga, km 250 Antequera (Málaga) Empleos 50 Facturación 1.200 millones Producción Envasado de productos hortofrutícolas Al Sur dio el salto definitivo hace cinco años cuando dejó de envasar hortalizas para otras marcas

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