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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El dominguero sedentario

El Viajero sedentario viaja poco y mal y solventa sus visitas con escaso respeto por el trabajo ajeno. Así lo hizo, al menos, en su salida del día 24 del pasado mes de agosto, pero es que el viajero muestra, en sus salidas, muy cortas luces. El dominguero sedentario, no quiso privarse de colgar, de paso, unos cuantos sambenitos de ésos que se ha aprendido y que resultan tan útiles, para parecer un hombre moderno; pero, claro, después de haberle endosado al reo, los correspondientes "pecados esencialistas", que, al parecer, son los únicos que su ojo crítico alcanza a suponer en aquellos que no piensan como él. Para empezar, poca cosa hay, en mi página web (www.geocities.com/Paris/Rue/7852/), que invite al lector a creer en unas esencias en las que yo mismo no creo. Y, si el dominguero las ha visto, que se deje los choteos para los chotos y me las señale, que es lo que uno espera de una crítica honesta y necesaria. Luego, me presenta como un "profesor autónomo de andaluz" y, como aquél de la flauta, acierta por casualidad y a medias, porque soy profesor, pero no autónomo ni de andaluz. En todo caso, y suponiendo que hubiera pretendido serlo, me parece que podría sugerirle unas cuantas cosas. Por exemplo, ke lo thel "eçlobako" eç, zobhre totho, un probhlema the ortohrafîa; theçpuêç, zerîa la intenssionatha oçkurithath thel tekçto poêtiko la ke akabharîa the enzombhresserle la lektura, pero êçto ûltimo le bha a passar kon mutxoç poemaç the zu propia lenhua. ¿O eç ke tambhiên êçto eçtâ eçkrito en "eçlobhako"? El recuerdo de los hermanos Álvarez Quintero, por otra parte, es perfectamente gratuito, pero comprensible en alguien que no conoce ninguna otra cosa que pretenda estar escrita en andaluz y que tiene el habla andaluza -lo de lengua lo puso él, las etiquetas no son asunto mío- profundamente asociada al pitorreo televisivo. Con todo, me he quedado con las ganas de saber en qué radica el ramalazo quinteriano de mis breves poemas. Y la prueba del chiste, con la que "cuadra su teoría", es, en efecto, una gran prueba, una prueba de chiste que haría las delicias de cualquier sociolingüista interesado en los fenómenos de diglosia y represiones lingüísticas. Con esta joya argumental, el turista sedentario no hace más que exponer sus prejuicios con absoluta desfachatez, en la seguridad de que recibirá el cumplido aplauso de las masas, que comparten con él tan lamentable visión del habla popular andaluza. Finalmente, llama la atención con qué facilidad se les contagió, a los redactores de la separata, la ligereza veraniega del amigo Alejandro, pues aluden a mi página con la misma expresión: "una academia de andalú", ¡hete aquí lo que vendría a ser el cachondeo solidario! Pero, bien, ya puestos, ustedes, en El País de Andalucía, ¿de qué pretenden ser academia?- Licenciado en Filología Clásica.

Un maestro estudioso

Parece increíble que todavía queden en Andalucía profesores con ganas de seguir aprendiendo y mejorando en su trabajo. En todo caso, lo harán muy a pesar de las autoridades educativas; porque éstas, mientras no dejan de hablar de la formación permanente del profesorado para mejorar la calidad de la enseñanza, hacen poco por fomentarla e incluso a veces la obstaculizan abiertamente. Soy profesor de conservatorio con destino definitivo en Málaga (aunque igualmente podría ser maestro de primaria o secundaria), y he cometido la ingenuidad de pretender completar mi formación con un curso de calidad en una universidad extranjera, aunque para ello tuviera que gastar mis ahorros, dejar a mi familia durante un año e irme a un país de lengua y cultura extrañas. La Administración me dice que no me concederá el permiso por un año (sin cobrar, por supuesto, no me atrevo a pedir otra cosa) que necesito para ello. ¿Creen ustedes que la razón es que los estudios que pretendo hacer no van a incidir sobre mi trabajo como profesor, o que no tienen la suficiente calidad? Pues no: simplemente ese tipo de permisos no existe, ya que no aparece en la legislación que la propia Administración elabora. Sin embargo, la legislación sí establece la figura de la licencia por estudios para estos casos, que incluye la remuneración del profesor mientras dura la actividad de perfeccionamiento. En Andalucía (no así en el resto de España), éstas simplemente nunca se convocan porque alguien debe pensar que es una pérdida de dinero pagar un sueldo a un profesor para que complete su formación. En cambio, me explican que puedo pedir una excedencia. Ya lo sabía. Eso implica estar al menos dos años sin trabajar (y sin cobrar, naturalmente), y cambiar de centro de trabajo y de residencia por muchos años, quién sabe si en el rincón más alejado de Andalucía. Creo que el sacrificio personal y económico se convierte ya en excesivo. Sinceramente, no puedo entenderlo. Si no quieren ayudarnos a estudiar para hacer mejor nuestro trabajo, al menos ¡que no nos lo impidan! Pero mientras la situación no cambie, parece que a los profesores sólo nos queda una salida razonable: olvidarnos para siempre del absurdo sueño de saber más y hacer mejor nuestro trabajo. O quizás pedir traslado a otros lugares donde sí fomentan la formación del profesorado.- . .

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