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El PSE pedirá la dimisión de Cuerda si se ratifican las anomalías de autobuses

Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria pedirán "responsabilidades políticas" al alcalde, el peneuvista José Ángel Cuerda, si se confirman las irregularidades que ha apreciado el Tribunal de Cuentas en la adjudicación de la fallida reforma de la antigua estación de autobuses. El PSE, socio del PNV cuando se aprobó por unanimidad el proyecto en 1992, justificó ayer su apoyo al plan aludiendo al "compromiso público de Cuerda de que no costaría un duro al Ayuntamiento". Ahora, los socialistas se sienten "engañados".

El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas recalcó ayer que su informe técnico, que constata diez graves irregularidades en la concesión de la obra a la promotora Autoestaciones Vitoria, es "estrictamente provisional" y permanece a la espera de las alegaciones que envíe el Ayuntamiento. El plazo para presentarlas concluye el 23 de septiembre, tras la prórroga de un mes concedida al alcalde y su equipo. Si esas conclusiones provisionales se ratifican en el documento definitivo del pleno del tribunal, los grupos de la oposición municipal han avanzado que exigirán "responsabilidades políticas". El partido socialista, expulsado del equipo de gobierno en agosto de 1997, se ha mostrado especialmente crítico. Su portavoz, Andrés Sánchez, anunció ayer que, de verificarse las ilegalidades en la estación de autobuses, pedirá cuentas en tres frentes: "De gestión, político y judicial". "Las primeras responsabilidades", explicó, "las dilucidarán los ciudadanos a través de las elecciones. Las segundas pasarán por solicitar la dimisión del alcalde, porque algunos se creen tocados por la gracia divina. En tercer lugar, exigiremos el traslado del expediente a la Fiscalía para que actúe si hubiera responsabilidades". "Pelotazo fallido" Sánchez centró sus críticas en el alcalde más que en su partido, el PNV, porque la política en el Ayuntamiento de Vitoria se ha dirigido de forma "personalista, paternalista y a base de alcaldadas". El portavoz socialista calificó su gestión en autobuses como "un fallido pelotazo urbanístico". "Ha sido un completo desastre que ha costado unos 2.000 millones a la corporación", añadió. Sánchez, además, puso en duda la honestidad de Cuerda: "Habría que hacerse una pregunta: ¿Qué grado de connivencia tuvo el alcalde con los promotores? Es evidente que hubo acuerdos al margen de las comisiones, se hurtó el concurso público..." Ahora llegan las críticas, pero el PSE votó a favor del proyecto en mayo de 1992. En aquel momento formaba parte del equipo de gobierno, junto con el PNV, y el plan de reforma de la estación de autobuses salió adelante con el apoyo de todos los grupos municipales. Sánchez justificó aquel respaldo en "el compromiso público del alcalde de que no costaría un duro al Ayuntamiento". Agregó que cuando el proyecto se gestaba su partido se opuso a cambiar el Plan General, que indicaba que la estación debía ubicarse en la plaza de Toros. "Todos los grupos municipales nos sentimos engañados", concluyó. El Ayuntamiento debatirá esta mañana, en la comisión especial creada para investigar este caso, el contenido del informe provisional del Tribunal de Cuentas. Este estudio se ha realizado a instancia de la propia comisión y de su presidente, el portavoz del PP, Alfredo Marco Tabar. Aunque los grupos de la oposición han solicitado participar en las alegaciones, el alcalde ha anunciado que sólo él, sus socios de Unidad Alavesa y los técnicos municipales las redactarán. "Tenemos una esencial y profunda discrepancia con el informe", avanzó el primer edil.

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