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Flamencos sin brújula

Tienen dos meses de vida y un aspecto frágil aunque saludable. De momento son blancos, pero bajo sus sobacos empieza a despuntar tímidamente el color rosáceo que les caracterizará de adultos. Se trata de dos pollos de flamenco que de manera sorprendente fueron descubiertos en la Llanada alavesa hace unos días y ahora se recuperan en el centro medioambiental de Martioda, a nueve kilómetros de Vitoria. Los expertos no encuentran ninguna explicación biológica al hallazgo, puesto que Álava no es zona de paso para este tipo de aves zancudas. Los ornitólogos confirman que, efectivamente, nunca habían visto flamencos en todo el País Vasco. Estos dos polluelos forman parte de una bandada de ocho miembros, según el testimonio de algunas personas que han logrado avistarles cerca de Salvatierra, a 26 kilómetros de la capital alavesa. La preocupación de los ornitólogos se centra ahora en encontrar al resto del grupo, ya que sospechan que se trata de ejemplares inmaduros que serán incapaces de sobrevivir por sus propios medios. De hecho, un pollo de flamenco fue hallado muerto hace escasos días en medio de una balsa de riego en un pueblo de la Llanada. Una vez que las dos crías de flamencos están fuera de peligro, los especialistas se afanan por explicar su presencia en una zona tan alejada de sus rutas. Ésta es la época en que los flamencos inician los movimientos para trasladarse desde Europa hasta África, donde pasan el invierno. "Nunca se han visto flamencos de paso por el País Vasco", asegura Andrés Illana, responsable del centro medioambiental de Martioda y portavoz del Grupo Alavés para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Gaden). A pesar de que la provincia de Álava está situada en una zona de transición entre la zona continental y mediterránea y, por lo tanto, es proclive a la aparición de forma aislada de especies tanto del Mediterráneo como del continente, la presencia de flamencos es insólita. Posible extravío En España existe una colonia de cría situada en la laguna de Fuente de Piedra (Málaga) y es la que determina la fluctuación interanual de flamencos. La sequía que sufrió esa parte del Mediterráneo entre 1991 y 1994 determinó la creación de otra colonia en el Delta del Ebro. "Nuestra intuición", apunta Illana, "es que como es ahora cuando los flamencos empiezan a moverse, tal vez han venido de Europa, han parado por aquí y con los días de tormentas fuertes que hemos tenido se han podido desorientar. Creemos que tal vez los guías adultos han desaparecido y los pollos se han extraviado". Los flamencos son una especie errática y su presencia en España es constante fuera del período reproductor. La Llanada alavesa presenta una zona de balsas de agua que son buenas para ciertas especies de aves, como las cigüeñas o las garzas, pero no para los flamencos, al tratarse de agua dulce, con mucha piedra y poco lodo. Traslado a otro centro Los flamencos viven habitualmente en lagunas no muy profundas, donde buscan su alimento. Utilizan su pico como una pala a la hora de comer: agachan la cabeza, meten el pico hasta el fondo del agua, van cogiendo el lodo y lo van filtrando, de manera que se van quedando con los invertebrados y las plantas, que es de lo que se alimentan. Mientras los dos polluelos de Martioda engordan día a día -dentro de una semana está previsto trasladarlos a un centro del Delta del Ebro para que se reúnan con otros ejemplares de su misma especie-, Illana y sus colaboradores del centro mediaombiental prosiguen la búsqueda del resto de las crías. Cualquier persona que vea a una de estas aves puede ponerse en contacto con el centro medioambiental de Martioda, en el teléfono 945181616.

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