La sencillez de Arturo
La tarea del restaurante Arturo, como la de sus homónimos de la capital de España, es sencilla y, por ello, peliaguda: "Nosotros pretendemos dar de comer al estilo sencillo castellano por un precio que, de media, no supere las 4.500 pesetas. Cuando un cliente paga más de 5.000 pesetas, lo pasamos mal". Habla así Arturo Fernández, el nieto del fundador, del mismo nombre, que hace un siglo llegó a Madrid para hacer fortuna. Y apoyado por Alfonso XIII inició la labor con platos de cuchara y tortilla de patatas.Los tres restaurantes Arturo de Madrid ofrecen cocina tradicional, aunque con toques andaluces y vascos, dado el origen de sus creadores. La cocina casera y sencilla de temporada da cabida a todos los platos sabrosos, sin estridencias y reconocibles.
Arroz, frituras, guisos, morcillo de ternera blanca al moriles, rabo de toro estofado, gambas empanadas, salmorejo cordobés con jamón y huevo, la caza en este tiempo, están en la carta. Todo lo que sea carne y pescado se sirve en los restaurantes Arturo ubicados en las calles de Príncipe de Vergara, de Sagasta y de República Argentina.
Los tres repiten la carta, casi idéntica, salvo algunas variaciones introducidas por los dos cocineros y la cocinera que ofician en los fogones, que, además del público que los llena a diario, sirven de comer al Congreso de los Diputados y a otras instituciones.
Un plato, el arroz, atrae a buena parte de la clientela diaria; pero el gazpacho y el solomillo compiten. Los precios satisfacen los deseos del dueño, y con facilidad, incluido el vino de la casa (Rioja y Ribera del Duero), la factura no alcanza las 4.000 pesetas, aunque esta cantidad es la que redondea la media del consumo normal.
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