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Unió califica de hostil el rechazo de CDC a Duran y quiere hablar cara a cara con Pujol

Enric Company

Los dos partidos que forman la coalición Convergència i Unió (CiU) han comenzado el curso intercambiando desaires. La dirección de Unió anunció ayer que quiere negociar directamente con Jordi Pujol, en su calidad de líder electoral de la coalición nacionalista, la composición de la candidatura para las elecciones autonómicas previstas para febrero o marzo del año próximo, en particular el nombre del número dos. Unió aspira a que esa plaza la ocupe Josep Antoni Duran Lleida, a lo que Convergència se opone en redondo. La respuesta del secretario general de Convergència, Pere Esteve, fue considerar que sus aliados democristianos piensan más en colocar a sus dirigentes que en reforzar el proyecto común.

Ambos partidos protagonizan un forcejeo destinado a colocarse lo mejor posible ante la que presumen que va a ser la última legislatura de Pujol. Tanto en Convergència como en Unió se ha impuesto ya la idea de que Pujol, que tiene 68 años y lleva 18 presidiendo el Gobierno catalán, debe enfocar la próxima legislatura en clave de futuro, preparando su relevo.Con este telón de fondo, la dirección de Unió hizo suya el lunes, en la primera reunión tras las vacaciones de agosto, la propuesta lanzada semanas atrás por el diputado Josep Sánchez Llibre para que el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ocupe la segunda plaza en la candidatura de Pujol. Sánchez Llibre propone también que Duran forme parte del Gobierno de la Generalitat si, como esperan, las urnas son de nuevo favorables a CiU.

Pero, habida cuenta del rechazo de Convergència a sus pretensiones, Unió acordó plantearlas, junto con sus propuestas programáticas, "en un diálogo sincero y respetuoso" con Pujol, en tanto que candidato de CiU. Es decir, obviando la negociación con la dirección de Convergència donde se sientan todos los demás aspirantes a ocupar tanto el número dos electoral como a ser los sucesores de Pujol.

Los aspirantes de CDC

En Convergència se estima que el número dos en la próxima candidatura autonómica de CiU debiera ser Xavier Trias, actual consejero de la Presidencia y mano derecha de Pujol en la gestión diaria del Gobierno catalán. Otra cosa es la futura sucesión de Pujol como líder del partido y presidente de la Generalitat. Los sectores más próximos al propio Pujol apuestan por Artur Mas, actual consejero de Economía. Pero el número dos del partido es otro, Pere Esteve, en su calidad de secretario general. A todos ellos hay que añadir a Joaquim Molins, que en las elecciones municipales de 1999 intentará conseguir la alcaldía de Barcelona. De conseguirla se convertiría en el miembro de Convergència con más poder después de Pujol. Unió decidió responder a los ataques y las descalificaciones de que la candidatura de Duran ha sido objeto desde las filas convergentes. El comunicado en el que la dirección democristiana fijó sus posiciones en esta polémica, "lamenta algunas de las respuestas intemperantes y poco respetuosas" dadas por Convergència.El comunicado, que fue leído ante los periodistas ayer a mediodía por el secretario general de Unió, Ignasi Farreres, expresa también , la "perplejidad" por la "reacción hostil" de sus aliados y subraya que sería muy grave la existencia de una actitud "apriorísticamente negativa" a las aportaciones de Unió.

Farreres dijo que no está definido cómo se articulará el diálogo con Pujol, quien por otra parte mantiene frecuentes contactos directos con Duran. Anteayer, antes de que se reuniera la dirección de Unió, Pujol y Duran examinaron la situación en un largo encuentro, sin hallar la manera de resolver el conflicto. El día 21 se reunirá la comisión de enlace de la coalición.

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La dirección de Convergència eludió dar una respuesta formal a este comunicado. Sin embargo, Pere Esteve expresó su rechazo tanto a las formas como al fondo de las posiciones de Unió en una entrevista por la Cadena SER. "Este debate no es positivo", afirmó, "y la forma en que se ha planteado no nos favorece".

Más allá de esta opinión, Esteve señaló que Unió hace una "valoración de las próximas elecciones autonómicas como si fueran preocupantes y cree que hay que aplicar una solución de nombres". El secretario general convergente aseguró que, en cambio, él no considera preocupantes esta elecciones para la coalición nacionalista y que, en cualquier caso, lo pertinente es "fortalecer" el proyecto. En un esfuerzo por quitar hierro a la polémica, Esteve dijo que "no hay disonancia", sino "dos aspectos" del mismo asunto, "uno basado en el proyecto y otro en la ubicación de las personas".

Esteve sostuvo en esta entrevista que Unió está dando prioridad a lo que describió como "las ubicaciones políticas" de las personas, en referencia a la disputa por el número dos de Pujol, mientras Convergència da más importancia, aseguró, "al proyecto, a los planteamientos sobre visión de Estado gobierno y programa a largo plazo".

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