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Entrevista:TENIS OPEN DE EE UU

"No me obsesiono con ganar un Slam"

Àlex Corretja mantiene una progresión imparable. Cuando otros jugadores han sufrido ya altibajos en sus carreras, Àlex siempre ha seguido avanzando. Hace dos semanas ganó en Indianápolis su primer torneo en Estados Unidos y el segundo en pistas rápidas. Se convirtió en el primer español que atesora dos títulos en rápida desde Manuel Orantes. Es el séptimo del ATP Tour y el primer español en esta clasificación mundial. Hoy va a iniciar un nuevo Open de EE UU.Pregunta. ¿Su primera victoria en Estados Unidos, en el torneo de Indianápolis, es otra puerta que se abre? Respuesta. Ya hace tiempo que me he dado cuenta de que la puerta de las superficies rápidas se estaba abriendo. En el Open de Estados Unidos lo comprobé hace dos años. Podía jugar mejor, y este triunfo lo confirma. He progresado y ahora ya sé que puedo ir al circuito de superficies rápidas sin pensar que voy a perder en la primera o segunda ronda.

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P. ¿El nivel de juego que demostró en Indianápolis le ha sorprendido incluso a usted?

R. Es cierto. Estoy jugando un buen tenis. Demasiado bueno. Todo me salió excelente y el nivel fue muy alto; por eso pude ganar a todos estos jugadores [eliminó a Philippoussis, Rusedski, Martin y a Agassi en la final]. La verdad es que cada día me sorprendo por el nivel que voy adquiriendo, y no quiero relajarme.

P. ¿La mentalidad con que se juega en tierra batida o en cemento es muy distinta?

R. Sí. Hay que tener paciencia y soportar estoicamente que jugadores cuyo nivel de tenis sabes que es inferior al tuyo te puedan ganar. A veces dominas un juego por 0-40 y luego te llegan cinco aces consecutivos, que te destrozan. Eso te duele. Sabes que tenísticamente eres superior, pero ellos aprovechan muy bien sus armas, sus segundos saques, y te obligan a ganar tus servicios. Cuando juego en estas pistas, me concentro sólo en mi saque, y cuando me llegan saques a 200 kilómetros por hora hasta me río. Es la única manera, porque si no te mosqueas y te agobias.

P. Y una vez se ha logrado restar, ¿qué cambia en el juego?

R. En pistas rápidas todo va más veloz. Es cuestión de moverse bien, utilizar más el revés cortado y aprovechar las oportunidades dando más velocidad a la bola. Si no lo haces, tus rivales seguro que lo harán.

P. ¿Cuál cree que puede ser su papel en el Open de Estados Unidos?

R. Tal como me van las cosas, lo afronto con una mentalidad parecida a la que tuve en Roland Garros. Estoy convencido de que será difícil, pero sé que si me concentro voy a ser un rival muy duro. No me importa el sorteo, lo que me preocupa es jugar bien.

P. ¿Es inevitable pensar en aquel partido de cuartos de final contra Pete Sampras en 1997, cuando pisa Flushing Meadow?

R. Sí. Pero me certifica que puedo jugar bien en el Open norteamericano. Aquel partido fue importante en mi carrera, porque tuve en match-ball al número uno del mundo, pero también lo ha sido la final de Roland Garros de este año ante Moyà. He demostrado que puedo jugar bien en los Grand Slam, aunque eso es complicado, puesto que los partidos son más largos y la gente se prepara mejor. Y quienes más sufren al principio son los que mejor suelen acabar al final.

P. ¿A qué ronda debería llegar para salir convencido de haber hecho un buen papel?

R. Esa no es la cuestión. Llegar a cuartos de final o a semifinales depende de muchos factores. Hace dos años estuve en cuartos y lo habría firmado antes. Pero cuando ahora veo el partido contra Sampras, me parece que pude estar en las semifinales. Lo más importante es que juegue bien al tenis y que me mantenga siempre positivo.

P. ¿Tiene un favorito para el Open de EE UU?

R. No, ninguno. Cada vez veo más factible que cualquier jugador de los de arriba acabe ganando un Grand Slam. P. ¿A esa reflexión le lleva la baja forma de Sampras?

R. No creo que su nivel haya bajado, sino que ha subido el de los demás. Me parece claro que no tiene la superioridad de hace dos o tres años. Le hemos puesto las cosas más difíciles. Pero siempre es un jugador que tener en cuenta, y más en Nueva York.

P. ¿Se ha planteado qué supondría para usted ganar el Open de EE UU?

R. Es tan difícil... como jugar la final de Roland Garros. Es el torneo que más me gustaría, pero no me obsesiono con ganar un Grand Slam. Estoy tranquilo con lo que ya he hecho. Llevo un año espectacular. Creo que he triunfado ya en mi carrera y lo que venga de ahora en adelante será un premio. Lucharé por conseguirlo, pero no me obsesiono como cuando era un niño.

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