Sampras y Hingis, cuestionados en sus circuitos
Cualquiera de los cuatro Grand Slam es como una gran tienda en la que todos los jugadores intentan exponer lo mejor de sí mismos. Hoy comienza el Open de Estados Unidos y en el escaparate principal aparecen dos jugadores que crean tremendas dudas. Para todo el mundo los dos números uno, Pete Sampras y Martina Hingis, acaparan las mayores opciones de ganar el título. Sin embargo, llegan a Nueva York sin la protección de haber sido los mejores del año. Esa coraza les acompañó el año pasado. Entonces Sampras llegó al Abierto norteamericano tras haber ganado en Australia y Wimbledon y consolidado como líder mundial. Este año, en cambio, Sampras ha perdido ya dos veces la condición de número uno del ATP Tour y ha sufrido dos descalabros en el Grand Slam: cayó en los cuartos de final en Australia ante Kucera, y en la segunda ronda de Roland Garros frente a Ramón Delgado. Salvó el año al ganar en Wimbledon, pero le queda la reválida del Open de Estados Unidos, donde vuelve a poner en juego el liderato mundial. Martina Hingis presenta una tarjeta aún más preocupante. Ganó el Open de Australia, en enero, pero después ha sufrido nueve derrotas, y dos de ellas especialmente dolorosas, frente a Seles en las semifinales de Roland Garros y de Wimbledon. Hay distancia entre la Hingis de 1997 y la de esta temporada. El año pasado había perdido dos encuentros en su camino hacia el Open de Estados Unidos. Llevaba ganados dos Grand Slam y había perdido sorprendentemente ante Majoli en la final de Roland Garros.El escaparate de los dos números uno está a la vista de todo el mundo. Por tanto, el resto de jugadores del circuito pueden verlo cada vez que pasan por delante, y lo que descubren les abre el horizonte. No ven tan sólidos a los grandes favoritos, les ven más vulnerables. Y como consecuencia se sienten con más opciones de ganar el último Grand Slam. En esta tesis están todos los jugadores que forman parte de los 10 primeros del mundo. Todos creen que el Open está abierto.
En Flushing Meadow pueden darse muchas sorpresas. Andre Agassi, totalmente recuperado de su crisis, y Steffi Graf, ganadora en New Haven la semana pasada, ondean sus estandartes, al igual que la armada española -encabezada por Arantxa Sánchez Vicario y Corretja- y el australiano Patrick Rafter, ganador en 1997.
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