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Reportaje:

La gestión de Gil endeuda al Ayuntamiento de Marbella en 35.000 millones de pesetas

Encontró el Ayuntamiento con 1.500 millones de superávit y ahora debe 35.000; transformó calles, carreteras, piscinas, montes, canchas de tenis y zonas verdes en apartamentos y adosados, lo que le ha acarreado cerca de 80 denuncias en los juzgados. Jesús Gil y Gil, alcalde de Marbella desde 1991, ha conseguido inversiones millonarias en la ciudad al permitir edificar allí donde el plan urbanístico vigente lo impedía. Gil vive horas bajas. La Junta de Andalucía ha dinamitado su política constructora. Ya son papel mojado sus proyectos para reducir un 26% el suelo no urbanizable, aumentar un 57% los terrenos edificables y construir sobre 11 millones de metros cuadrados de bosque quemado.

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Los constructores, enfrentados al dilema de la validez de sus licencias

El Ayuntamiento de Marbella come más suelo verde que Imperioso, el caballo preferido de su alcalde. A través de más de 250 convenios con promotores inmobiliarios, buena parte de cuyo contenido no ha sido conocido ni por la oposición ni por el vecindario, el equipo de gobierno municipal ha recalificado al menos 3 millones de metros cuadrados por la vía de suprimir su carácter de suelo no urbanizable o multiplicar su densidad, entre otras fórmulas. La plataforma cívica -una asociación de vecinos contraria a los planes de Gil- cifra esta permuta de suelo reclasificado en siete millones de pesetas. El PSOE la eleva a 19.000. Pese a las compensaciones privadas que el Ayuntamiento ha recibido por las recalificaciones, la corporación municipal arrastra un déficit récord: a cada uno de los 98.823 ciudadanos censados en Marbella le corresponden 354.168 pesetas de la deuda municipal, frente a las 52.029 de sus vecinos de la capital malagueña o las 38.030 de cada madrileño.Isabel García-Marcos, concejal socialista, cree, sin embargo, que el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS, que detalla la deuda acumulada por el Ayuntamiento de Marbella hasta el presente ejercicio, no agota la cifra real de endeudamiento. Para la portavoz de la oposición a Gil, los 35.000 millones son sólo deuda presupuestada. La real, añade, sobrepasa los 50.000 millones, más otros 15.000 de las 26 sociedades municipales que el alcalde ha creado.

La cifra siempre es incompleta. Los concejales buscan topos para conocer el verdadero estado de las cuentas. Y ni por esa vía lo logran. Tampoco la Cámara de Cuentas andaluza lo ha conseguido hasta el momento, tras más de un año de intentos. La deuda, sean 35.000 o 50.000 millones, supera con creces el presupuesto anual municipal marbellí, de 19.500 millones. La cifra oficial de endeudamiento del Ayuntamiento de Marbella durante el pasado ejercicio fue de 20.642 millones de pesetas. Los ingresos netos, siempre según datos facilitados por la corporación marbellí, no llegaron a los 12.000 millones. Tanto déficit contrasta con el trato de favor que Gil ha dispensado a los constructores bajo la bandera de que el Ayuntamiento de Marbella obtenía notables compensaciones, incluidas las económicas, con su política urbanística. Sus numerosas concesiones de licencias de construcción, muchas de ellas pactadas a través de convenios privados, le han colocado al borde de la ley.

En ocasiones, el generoso trato de favor a los constructores le ha llevado ante los tribunales. Un estadillo de la Junta de Andalucía detalla cerca de 80 denuncias de ciudadanos marbellíes contra supuestas vulneraciones del plan urbanístico vigente, el de 1986, por parte del equipo Gil. Se quejan de que allí donde el suelo estaba destinado a "parques y jardines", el Ayuntamiento permitió construir edificios de hasta 11 plantas, discotecas, un pinar vallado para finca privada, chalés, apartamentos, bajos comerciales, o un colegio privado. Y donde el plan urbanístico vigente preveía una dotación escolar, Gil consintió que se implantara una escuela de hostelería o una estación de autobuses con gasolinera, hotel y supermercado. En zonas donde debía ubicarse equipamiento cultural, se hicieron grandes almacenes o bloques de edificios. Donde figuraba "zona de protección arqueológica", el Ayuntamiento permitió 27 adosados; y en zona de "equipamiento deportivo" florecieron gigantes de hormigón.

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