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Partituras en el campo

30 compositores jóvenes de prestigio se concentran en Mollina durante dos semanas en un curso del Ceulaj

En otros lugares se trafica con estupefacientes. Aquí el principal objeto de deseo es la música, que si se mira bien también tiene efectos alucinógenos, y circula en varios soportes perfectamente legales: partituras, libros, cintas, compactos... 30 compositores llegaron el lunes a Mollina (Málaga) con sus obras bajo el brazo para pasar dos semanas aislados del mundo en el Ceulaj, el Centro Eurolatinoamericano de Juventud. Ahora viven sumergidos en música contemporánea de la mañana a la noche, comparten conocimientos, café y charla con grandes figuras de la composición y disfrutan de conciertos y otros festejos. El horario es intenso. Desde las 9.30 a las 14.00, los participantes se dedican a analizar piezas compuestas en torno a la obra o la figura de Federico García Lorca. "Nos hemos subido al año Lorca aprovechando el centenario, igual que el primer encuentro lo dedicamos a Brückner y a Falla, y el segundo a Brahms", explica Jorge Díez, coordinador de esta parte del Campo. Y de las 17.00 a las 20.00 se celebran las conferencias del ciclo El compositor y su obra, en las que los alumnos diseccionan las piezas con ayuda de sus autores, venidos expresamente para discutir los entresijos de sus composiciones y para compararlas con otras. "Vienen Jesús Rueda, Consuelo Díez, David del Puerto, Agustí Charles y Georg Friedrich Haas; es una tribuna abierta en la que los jóvenes compositores conocen a miembros destacados de la generación que les antecede, y conocen directamente su pensamiento y su producción", señala Tomás Garrido, que se ocupa de esta sección. "Imagínate qué oportunidad", se deshace en alegría Iluminada Pérez, de Badajoz. Más moderado, Enrique Vázquez, de Vitoria, hace balance: "Este curso te permite contrastar muchas técnicas compositivas, complementar todo lo que aprendiste antes. Y los profesores son muy afables: mira Javier Darias, que nos ha contado todo su sistema compositivo sin dejarse detalle". Todo no es teoría; las actividades incluyen tres conciertos, uno de los cuales se celebró ayer en la Colegiata de Santa María de Antequera. Para el próximo 2 de septiembre está previsto otro concierto en el que la Orquesta de Córdoba interpretará obras de Cristóbal Halffter -director del Campo- y de Tomás Marco, Mauricio Sotelo, Silvestre Revueltas y Manuel de Falla. ¿Falla? "Sí, El Amor Brujo: es para facilitar las cosas al público, porque tantas piezas contemporáneas pueden resultar un poco duras si uno no está acostumbrado", sonríe Jorge Díez. Ensayos Y se comprende; a cuatro pasos, el cuarteto Concierto de Cámara ensaya con gran minuciosidad una pieza que suena discordante y tensa. Piano, flauta, clarinete y violoncello se interrumpen cada pocos segundos, discuten y se ponen de acuerdo: vuelven a tocar y, a los oídos del profano, todo sigue sonando igual de extraño, pero ellos manifiestan su contento y continúan avanzando partitura adelante. Son jóvenes, apenas tendrán más de 30 años, y lo mismo sucede con los compositores, que en ningún caso superan los 35. ¿Para qué vinieron? Antonio Carvallo tiene 26 años y llegó desde Santiago de Chile, donde estudia composición, una carrera que en el mejor de los casos dura nueve años. "La idea era estar en contacto con lo que sucede en Europa en el mundo musical: ver qué piensan estéticamente y qué hacen los que en realidad son tus pares". José Manuel Caballero, un panameño de 21 años, se muestra de acuerdo y matiza: "Aquí se recibe mucho, todo el rato estamos recibiendo, y estoy bien contento, pero me gustaría tener más oportunidades de dar, de interrelacionarme con los demás alumnos". Katarzyna Cipior es polaca. También estudió composición; al acabar, decidió empezar filología española. Alina Caputa lo hizo justo al revés, cuando concluyó filología española se matriculó en composición, porque se dio cuenta "de que la música era la pasión predominante" en su vida. El resultado es que las dos hablan español perfectamente y componen con gran éxito: Katarzyna ganó uno de los cuatro premios de 100.000 pesetas que se conceden en este encuentro, junto con el chileno Mauricio Córdova y los españoles Víctor Carlos Rebullida y Jesús María Echevarría. A uno de ellos se le encargará una obra que se interpretará en el campo del año próximo.

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