Unas cuevas excéntricas

El alcalde de Benifallet, el independiente Jaume Lluís, tuvo que desafiar hace cuatro años a una gran mayoría de sus vecinos que se opusieron a la contratación de un guía para explotar turísticamente las cuevas prehistóricas, descubiertas en la localidad cuatro décadas antes. La gente creía que el pueblo tenía otras necesidades más perentorias que la de tirar el dinero por mostrar a posibles turistas unos trozos de roca. Estaban equivocados y Lluís tenía razón. Ahora, más de 40.000 personas visitan cada año las cuevas Meravelles y la Del Dos, lo cual ha propiciado la aparición de diversas infraestructuras turísticas en la localidad. Ambas cuevas presentan las formaciones geológicas más excepcionales de Cataluña, al abrigo de la roca calcárea que le proporcionan los montes de Tortosa-Beceite. La Meravelles, de 510 metros de profundidad, de los cuales sólo pueden visitarse unos 210, es la mayor de todas. Aparte de las típicas estalactitas o estalagmitas, en la cueva puede apreciarse infinidad de formaciones excéntricas que, desafiando la ley de la gravedad, surgen de las paredes laterales y se retuercen entre ellas formando una argamasa de filamentos. La temperatura ambiente de la cueva, que fue descubierta en 1968 por un espeleólogo del Club Excursionista del barcelonés barrio de Gràcia, es de unos 17 grados centígrados y una humedad del 98%. Otras originales formaciones que pueden contemplarse son las banderas, amplias estalactitas de color rojizo, o los macarrones, de un milímetro de espesor y cuya longitud llega a alcanzar dos metros. Sin embargo, la cavidad más original es la denominada Sala de la Música, una diminuta habitación donde se entremezclan toda clase de formaciones geológicas, además de una decena de estalactitas sonoras.