La mejor medicina es el ejercicio físico

Según la mayoría de los médicos, el ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales en los que se apoya la salud. Pero, para que sea todo lo eficaz que se pretende, se han de dar dos condiciones: continuidad en la práctica del mismo y moderación. Si se cumplen estas premisas, el efecto será inmediato y la mejoría en el estado general de la persona se podrá observar muy pronto. En lo concreto, el ejercicio físico reduce la hipertensión arterial, el colesterol, la diabetes, el estrés y la obesidad. Y también el riesgo de accidentes cardiovasculares. Sin embargo, muy poca gente entiende el ejercicio como una fuente de salud, casi tan importante como el dormir o el comer. Al deporte se le asocia con la competición. Y no es así, para la gene de a pie es algo más sencillo, algo de andar por casa. Y hablando de andar: hay que procurar caminar todo lo que se pueda. Evitar el ascensor y subir las escaleras es una buena medida; con ello se hace trabajar a las piernas y al sistema cardio-respiratorio. Ir al trabajo andando, siempre que sea posible, o volver de él a pie, también es acertado. Siempre será mejor llegar a casa media hora más tarde, que hacerlo enseguida y sentarse a ver la televisión. Caminar 30 minutos diarios es lo mínimo. Y al hacerlo, que sea de forma consciente, es decir, sintiendo la respiración, con el cuerpo erguido... E ir a paso ligero, aunque sin agobiarse; en realidad, es cuestión de habituarse. Montar en bicicleta, bailar... son también actividades muy apropiadas para relajarse, tonificar los músculos y descargar tensiones. Asimismo, conviene saber que la natación es, quizá, uno de los deportes más completos y recomendables; aunque cueste un poco al principio, los beneficios son tantos que es muy probable que luego ya no pueda dejarse. En definitiva, el ejercicio físico es la mejor medicina para el cuerpo y el espíritu... Sus efectos son tantos, que hasta mejora el humor.