¿Ineficacia o desidia?
Después de que este invierno se inundaran las aulas del piso superior del colegio público Francisco de Quevedo (niños de 3 a 12 años), de Leganés, el MEC decidió que durante el verano se procedería a sustituir todo el tejado por uno nuevo, al tiempo que se echaría abajo casi toda la fachada, pues amenazaba con caerse cualquier día sobre un niño o un profesor.Estamos a 15 de agosto, un mes y medio después del final del curso y a un mes justo de su inicio, y ni siquiera ha aparecido por el centro la empresa que habrá de ejecutar las obras, a expensas aún de firmar los últimos papeles. Como consecuencia de ello, o los niños no podrán comenzar el curso en la fecha que lo harán los demás alumnos de Madrid, o tendrán que hacerlo en un centro en casi total ruina, con las dificultades para estar en clase que eso va a suponer (ruidos, suciedad...), o lo que es peor aún, corriendo un riesgo absurdo para su integridad física por mor de esta desidia o ineficacia administrativa.
¿Con qué autoridad moral podrán hablarnos de su apuesta por la calidad de la enseñanza pública los mismos responsables del aparato administrativo del MEC en Madrid que, habiendo decidido en el mes de enero que esta obra se iba a ejecutar y aún no ha comenzado, permiten tal perjuicio a los alumnos? ¿Con qué autoridad moral nos pedirán tranquilidad a los padres cuando protestemos de la situación por ellos creada?
¿Y si le ocurriera algo a algún niño o profesor? Cuando en una obra se quiere correr, se trabaja día y noche; si la calidad de la enseñanza y la seguridad de los niños importa tanto como se dice, ésta es una buena oportunidad de enmendar un grave error.- Padre de alumnos del colegio público Francisco de Quevedo y miembro del Consejo Escolar del centro.
