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65.000 vehículos en seis kilómetros de playa

La tasa de crecimiento demográfico de Castelldefels es la segunda de Cataluña después de la de Sant Cugat: 1.000 habitantes más todos los años. En 1964 vivían en Castelldefels 2.000 personas; hoy llegan a 42.000 y el incremento de población se antoja imparable a causa de la conversión sostenida de segundas residencias en primeras y de la completa urbanización de la famosa pineda. En 10 años, el parque móvil ha pasado de 1.200 vehículos a 21.000. Los fines de semana y los meses de julio y agosto, la cifra de residentes se dispara hasta 80.000 a causa de la utilización masiva de las segundas residencias, pero donde se desbordan todas las cifras es en los seis kilómetros de playa que tiene el municipio y en la pineda: 250.000 ciudadanos de Barcelona y del Baix Llobregat acuden allí a pasar unas horas a bordo de no menos de 65.000 vehículos. "El problema mayor es el uso masivo de espacios públicos por personas residentes en otros municipios", señala Francesc Sistac, un fenómeno común a todos los lugares con tirón turístico, los cuales deben hacer frente a unos gastos de servicios y mantenimiento muy superiores a los que les deberían corresponder de acuerdo con su capacidad recaudatoria. Otros piensan que, gracias a la mejora de las comunicaciones de Barcelona con Sitges, Vilanova, El Vendrell y las playas de Tarragona, las cosas mejorarán: "La urbanización de la pineda ha disminuido la idea de invasión y la autopista ha sido para bien. La masificación por la masificación no tiene sentido", dice Elías Vigil.

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