Yacimientos de bolsillo Dos maquetas muestran Carmona romana y Almonte en el siglo XVI
Son pequeñas. Tan pequeñas que da la impresión de que un ejército de liliputienses va a empezar a salir de sus casitas para comenzar un nuevo día. Liliputienses del siglo II o del XVI. Personajillos históricos que podrían vivir en alguna de las maquetas que reconstruyen la Carmona romana (Sevilla) y el Almonte renacentista(Huelva), y que se expondrán en estos municipios en el mes de septiembre. Son maquetas hechas a mano, con lija, martillo y sierra. Pero la mano que les ha dado forma no es la de un artesano, sino la de un arquitecto de 29 años, Víctor Chaves, interesado en la progresión urbanística de estas ciudades a lo largo de la historia. "El trabajo ha consistido en recopilar la información de los arqueólogos, que era muchísima, y plasmarlo en un plano, en una maqueta que explique por qué las ciudades eran así y por qué crecieron de esa manera", cuenta Víctor, que quiere subrayar el apoyo que recibió de Rafael García Diéguez, profesor en la Escuela de Arquitectos de Sevilla, cuando apostó por esta profesión. Promoción turística El resultado ha sido provechoso, no sólo para Víctor, dentro de su especialidad de urbanismo, sino también para los Ayuntamientos de Carmona y Almonte, que han visto en esta iniciativa una oportunidad de promoción turística para sus municipios. Pero el trabajo no es sólo serrar y pegar. Detrás hay toda una investigación en la que han colaborado arqueólogos y arquitectos para crear un plano que reconstruya la ciudad tal y cómo era en aquella época. "En Carmona quisimos encontrar los dos ejes sobre los que crecía la ciudad en el siglo II después de Cristo", señala Víctor. La de los romanos fue una civilización extremadamente racional, que construía sus ciudades en torno a dos ejes: el cardo máximo (norte-sur) y el cardo decumano (este-oeste). "El primero teníamos muy claro por donde iba, porque era la continuación de la vía augusta -carretera de Córdoba a Cádiz-, pero para encontrar el decumano tuvimos que buscar la plaza pública, donde se encontraba el Foro y los templos, porque es el lugar donde se unían ambas vías". La de Carmona está construida a una escala 1:1.500, un tamaño muy pequeño que no permite centrarse en los detalles de cada casa y cada patio, pero que sí permite comprobar algo que Víctor quería que se viese: que Carmona era una avanzadilla del Imperio Romano, cuya situación y ubicación no eran aleatorias. Está situada en una zona profundamente escarpada y con piedra abundante, Alcor, que los romanos aprovecharon hasta la saciedad para crear una fortaleza amurallada. El caso de Almonte es diferente y eso se nota en la maqueta, construida a una escala de 1:1000. "En el siglo XVI Almonte era una ciudad de paso en la que tenía mucha importancia la ganadería", señala Víctor. "La ciudad crecía en torno al eje norte-sur y a la ruta pecuaria que lo cruzaba". En esta maqueta se le ha dado más importancia a los detalles: los tejados y los patios se ven con más nitidez. Y eso que la escala en altura no es la real, ya que, en ese caso, los edificios serían extremadamente pequeños. "Así se ve mejor y el resultado sea más bonito". Y es que, aunque a Víctor le bastaría un plano para entender cómo eran estas ciudades, sabe que el público para el que están destinadas las maquetas no lo entendería, porque no es arquitecto. Y hasta entonces, hasta que el público pueda contemplarlas, dejemos que los diminutos personajes que podrían habitar estas ciudades descansen en sus casas diminutas junto a sus diminutos árboles.
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