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Mucha historia para tanta grieta

Olga Rubio se cansó de echar raticida en los rincones de su casa. "Yo creo que las ratas se van a hacer resistentes al veneno", dice con cierto aire de sarcasmo. Después de años de idas y venidas y de "dar la lata", la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) oyó sus súplicas y las de más de 50 de familias que habitan en la legendaria corrala de la calle de Miguel Servet (Lavapiés), construida en 1790. El Ayuntamiento se ha comprometido a rehabilitar los pisos, según confirma el concejal de Vivienda, Sigfrido Herráez. Las obras deben comenzar en los próximos días. Después, las molestas ratas tendrán que irse a otra parte. La noticia no ha sido difundida oficialmente, pero en el vecindario ya se hacen cábalas: "Yo creo que ya era hora de que vinieran. Soy una de las más afectadas. Mi casa se hunde cada día más, un día se me va a venir encima y mi marido me va a encontrar enterrada", afirma, muy nerviosa, Pepa, de 63 años. "Y lo peor es que yo he pagado todas mis letras, nunca me he retrasado", añade, mientras exhibe casi llorosa el grueso talonario de recibos de pago. "El único seguro que tenemos es el cielo y la tierra, nada más. Es que ya estamos viviendo como animales", asegura.Como la suya existen 66 viviendas que arrastran más de 200 años de historia y que esconden en su interior un panorama de miedo. Grietas y más grietas, suelos que han cedido, humedad, olores nauseabundos y ratas. Y la fachada de la corrala no está mejor. Por eso, la noticia de la rehabilitación ha llegado a los vecinos como una bendición. Pero la mayoría todavía desconfía. "¿Tendremos que pagar?", se preguntan. "Pues aquí nadie da un duro", señala, entre molesta y preocupada, Olga, la presidenta de la comunidad.

Sus temores tienen una razón. Desde 1984, fecha en la cual se llevó a cabo la rehabilitación de la corrala, entre las calles de Mesón de Paredes y Espino, muchos de sus habitantes han vivido pesadillas sucesivas.

En esa época, la corrala no pasaba de ser un deprimente cuchitril. Eran 104 casas ruinosas, algunas de las cuales contaban con menos de trece metros cuadrados de superficie y no tenían gas ni agua corriente. El Ayuntamiento de Madrid adquirió el inmueble en diciembre de 1981 e inició la rehabilitación en febrero de 1984. "No teníamos ni siquiera cuarto de baño individual. El que había era colectivo", recuerda Carmen, una robusta mujer que nació hace 80 años en la corrala de Miguel Servet y ante cuyos ojos han desfilado varias generaciones.

En una memoria de la EMV se da cuenta de lo que fue la rehabilitación de la corrala. En el informe se destaca que aquélla constituyó para el Ayuntamiento de Madrid una "experiencia piloto de actuación pública en rehabilitación". Su "buen término" abrió el camino a intervenciones posteriores.

Las obras terminaron en 1985, pero sólo un año después aparecieron las primeras grietas, y con ellas, los problemas, que desde entonces no han parado. "En mi casa ya no vamos a tener un pajarito de mascota, sino un pulpo de tanta humedad", cuenta Adolfo Cámara, residente en un piso en el número 6 de la calle del Espino. "Ya una vez a mi madre la tuvieron que realojar porque su piso tenía grietas muy peligrosas en el techo, las paredes y el suelo", comenta Cámara.

"Hasta que no me entreguen por escrito todo lo que van a hacer, que no comiencen nada", señala Olga Rubio. "Llevamos más de diez años pidiendo ayuda y no nos hacían ni puñetero caso", agrega.

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Según Adolfo Cámara, las pocas reparaciones que ha realizado la EMV en la corrala durante estos años han sido "sólo chapuzas continuas". Por eso, su voz es enérgica cuando exige soluciones: "Yo lo único que quiero es que me arreglen mi casa de verdad, yo creo que ya todos estamos cansados de tantas chapuzas".

Así las cosas, entre los residentes en la corrala de Miguel Servet la desconfianza es total. Casi nadie cree en la buena noticia de la rehabilitación y los vecinos atribuyen el deterioro de sus casas a las "malas obras del pasado". "Es que han hecho alguna que otra reparación, pero nada más", señala Gloria Jiménez, otra residente en el lugar. "A mí me parece que esto es una vergüenza", insiste.

Presupuesto de 77 millones

La EMV ha anunciado que la rehabilitación de la corrala se iniciará a finales de agosto o principios de septiembre. De momento no se ha movido un ladrillo. La empresa municipal prevé invertir 77 millones de pesetas en las reparaciones de saneamiento y desagües a lo largo de seis meses.El concejal Herráez, presidente de la EMV, asegura que los residentes en la corrala no tendrán que abandonar sus viviendas ni pagar por las mejoras. "No quiero discutir si las obras del pasado se han hecho bien o mal. Lo único es que ahora hay una situación que vamos a solucionar", explica el edil.

Según el presidente de la EMV, los interrogantes de los vecinos de Miguel Servet relacionados con las demoras en las reparaciones no tienen que ir dirigidos solamente a él, sino a sus antecesores. "Habría que preguntarle a los que han estado antes. Yo he llegado aquí hace tres años. Recibí las denuncias hace dos. Iniciamos el proyecto de rehabilitación hace uno, y las obras van a empezar en los próximos días", señala. "Trataremos de causar el mínimo de molestias a la gente", promete.

Pero Pepa, la vecina que ha pagado puntualmente cada una de sus cuotas de alquiler, no cree en las palabras de Herráez. "A mí me preocupa que vengan a cerrar unas cuantas grietas y nada más. Es que en este piso habría que tirarlo todo y volver a empezar", indica.

Carmen, la vecina que lleva 80 años viviendo en la corrala, también duda: "Bueno, vamos a ver cómo nos van a dejar ahora".

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