Llegan los toros de Dolores Aguirre
Hoy saltarán a la arena negra de Vista Alegre los toros de la ganadera bilbaína Dolores Aguirre. Hace unos cuantos años que no lidia toros en esta plaza. Dice estar asustada en su retorno a Bilbao. Claro que el susto que le produce ir a Madrid todavía es mayor. La ganadera es una mujer muy sincera. Reconoce que este año a sus toros les han cambiado los piensos, sin advertírselo. Al ver que engordaban demasiado, les dijo en enero a sus cuidadores: "¡Tenéis que parar, porque estos toros van a llegar a pesar mil kilos!". Cae una pregunta de algún labio natural: "¿Entonces?". Contesta taxativa: "A partir de ahora, los piensos los hago yo"
Se había forjado la ilusión de que su corrida la hubieran programado para los días intermedios de la semana y no en el último día de feria. Se ha resignado, animándose interiormente con voz quedadita: "Cerrar la feria de mi pueblo, tampoco está mal". Advierte que en casa, su marido y su hija, le aconsejaron que no viniera este año, por la cosa esa de los piensos. Su impaciencia ha podido más que ella. Cree que no podía retrasar más tiempo su vuelta a Bilbao.
Habla de las figuras, de las llamadas figuras actuales del toreo. Para Aguirre, figura es quien se pone delante de todos los toros. Y lo remarca: "Un torero sin toro delante no es nadie; será una bellísima persona, un buen padre de familia, pero torero no es". No se tome la expresión en sentido social, sino en la única especificidad entendible, o sea, en términos toreros, porque alguien le puede contestar con vozarrón de hierro: "Un toro sin nadie delante es un mero montón de carne".
Está segura de que si algo valen sus toros, no ha sido por las figuras, que no los torean, sino por el mérito de los toros mismos. De otro lado, comprende que las figuras hagan ascos a sus toros, en especial porque sus toros salen íntegros. "No digo que los de los demás no lo estén. Yo garantizo que los míos están íntegros, salen tal y como nacieron".
Con esta seguridad, al menos en cuanto a pitones, todo lo demás es espera y silencio. Vendrán las imágenes, que producen los hechos. Y por la imagen de las cosas estamos aún en el tiempo. Lo dijo alguien que era, aunque no lo parezca, un escéptico. Jamás llegó a ver una corrida de toros. Sin embargo, su definición de la imagen encaja, con la historia del toreo.
Babelia
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