El FMI prevé un crecimiento mundial por debajo del 3%
El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, reconoció ayer que se daría por satisfecho si en 1998 la economía mundial crece "no demasiado por debajo del 3%". Esta reducción de las previsiones de crecimiento del organismo internacional -la tercera desde octubre pasado, cuando hizo una estimación del 4,3%- es la consecuencia de una situación económica mundial que Camdessus calificó de "preocupante, tras las complicaciones en Asia, principalmente en Indonesia y el estallido de Japón".El responsable del FMI hizo estas declaraciones tras participar en un curso en La Granda (Avilés), en el que en contra de lo habitual y por iniciativa suya, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, prohibió la presencia de los medios de comunicación. Tanto Camdessus como Rato descartaron que la actual crisis económica que afecta al sureste asiático y Japón pueda tener repercusiones importantes en Europa. Su análisis se basa en el hecho de que los fundamentos económicos en el continente son buenos.
El escepticismo de Rojo
El contrapunto a estas afirmaciones optimistas vino de otro participante en la jornada, el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo: "No me lo creo, hay que dejar pasar el tiempo, los efectos de la crisis asiática en Europa se van a notar a medida que pase el tiempo".Camdessus, en línea con la actitud permanente del FMI, descartó la posibilidad de que el agravamiento de la crisis en Asia ponga en cuestión las políticas del organismo internacional que dirige. "La crisis se agrava no porque las recetas del FMI sean malas, sino porque se aplicaron con insuficiencia y por factores exteriores, especialmente la situación en Japón. Hay que perseverar en el programa de ajuste que ya está dando resultados positivos en Corea y Tailandia".
El economista egipcio Samir Amin, especialista en economías en vías de desarrollo, afirmó ayer, tras su intervención en el curso El socialismo y los desafíos en el siglo XXI, en San Lorenzo de El Escorial, que si se produce la devaluación de la moneda china, el "milagro del desarrollo estadounidense podría verse afectado y, aunque indirectamente, afectaría irremediablemente a las economías europeas".
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