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La mezquita de la familia real saudí en Málaga lleva un año paralizada

Se anunció con todo tipo de alharacas, después de superar un tortuoso periodo de tramitación en el que el asunto quedó hasta tres veces sobre la mesa en el Consejo de Urbanismo. Se organizó un pomposo acto de colocación de la primera piedra que presidió el príncipe Abdulaziz Bin Fahd, hijo menor del rey Fahd de Arabia Saudí. Fue el 11 de agosto de 1997. La construcción del considerado segundo centro cultural islámico de España debía estar a punto de concluirse en una céntrica parcela de Málaga.

Un año después de la ceremonia, el descampado permanece igual que entonces, sólo hay una piedra. Y lo que es peor, el Ayuntamiento no sabe nada de los planes de la fundación Suhail, promotora el misterioso proyecto. La alcaldía de Málaga ha admitido que no ha vuelto a tener ninguna información sobre el proyecto y que en varias ocasiones ha intentado saber algo si éxito. Tampoco parece preocuparle demasiado, al menos de momento. La parcela es propiedad de la fundación Suhail, que pagó por ella 425 millones de pesetas, algo más de su valor real. Sí tiene claro el equipo de Celia Villalobos que el uso no puede ser otro que el aprobado: una mezquita y un centro cultural islámico de cinco plantas de altura cuya inversión prevista ronda 1.000 millones de pesetas. En el Ayuntamiento se atribuye el olvido a las tensiones dentro de la familia real saudí por la carrera sucesoria. El cónsul que llevó directamente las negociaciones, Mohamed Bashird Kurdi, tampoco está ya en el cargo. Eso sí, en la gerencia de urbanismo de Málaga recuerdan las prisas que la fundación Suhail tuvo para adquirir la parcela y que siempre vendieron el proyecto como prioritario, por lo que la sorpresa es mayúscula. El asunto además tuvo sus complicaciones. La venta de la parcela no pudo realizarse hasta tres meses después de proponerse. Una vez aprobada la cesión, la fundación Suhail retrasó el pago. Al final, en abril de 1997 el Ayuntamiento ingresó los 425 millones de pesetas de la operación. El 11 de agosto de 1997, el hijo menor del rey Fahd presidía un lujoso acto de colocación de la primera piedra. Y polémico, ya que al ser considerado un acto religioso no se permitió la entrada de mujeres hasta que la mediación del cónsul Bashird Kurdi causó efectos en la voluntad del príncipe saudí.

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