Un Cuerda eufórico apela a los vitorianos a mantener la unión de las fiestas todo el año

Eufórico. Así se mostró ayer el alcalde de Vitoria, el peneuvista José Ángel Cuerda, al hacer balance de las pasadas fiestas de La Blanca. "Han sido excepcionales", remachó. Cuerda concretó las razones de su alegría: la ausencia de incidentes, las garantías higiénico-sanitarias ofrecidas por bares y puestos de venta de todo tipo y, sobre todo, la participación ordenada, civilizada y masiva de los vitorianos en los principales actos festivos. Precisamente, esta circunstacia dio pie al primer edil para ensalzar el sentimiento de unidad que había vislumbrado entre los vitorianos durante los seis días de La Blanca. "La presencia de la gente en algunos de los actos más significados, como la bajada y la subida de Celedón, son el exponente de una comunidad que quiere sentirse unida", dijo. Así, expresó su deseo de que esta sensación no se quede en algo coyuntural. "Espero", añadió, "que sea el reflejo de una sociedad que desea esforzarse y hacer una ciudad en la que podamos vivir a gusto". Durante las fiestas se interpusieron 310 denuncias a la Policía municipal y a la Ertzaintza por robo de carteras (180) o daños contra la propiedad. Un total de 124 conductores dieron positivo en los controles de alcoholemia, lo que supone el 20% de las pruebas realizadas. Los agentes se incautaron de algunos petardos y un centenar de punteros laser, instrumentos que se han puesto de moda en las fiestas y pueden provocar lesiones en la retina. Se comprobaron tres casos de utilización de menores para la venta ambulante, con siete niños implicados. La intervención de los servicios sociales disuadió, según el alcalde, a las mafias que los empleaban de seguir haciéndolo. La satisfacción de Cuerda fue en aumento al comentar los "excelentes" resultados cosechados por los establecimientos fijos y ambulantes de comida y bebida en los controles higiénico-sanitarios. Sobre los aspectos a mejorar de las fiestas, prefirió dejar el análisis para más adelante.