Si existe lesión, poner la espalda recta

Lo de exhibirse sin control, generalmente, es un peligro; pero cuando se es adolescente, puede que el peligro sea aún mayor. Aunque parezca mentira, cada verano, en las playas y piscinas andaluzas ocurren cientos de accidentes por este motivo. Los jóvenes se lanzan de cabeza al agua y no calculan bien los riesgos que corren. Por eso, la prevención, así como conocer las medidas de seguridad que existen, resultan imprescindibles. Antes de lanzarse al agua hay que comprobar la profundidad del lugar y qué obstáculos podemos encontrarnos en él. En ningún caso es recomendable lanzarse de cabeza. Y, puestos a tomar precauciones, lo mejor es alejarse de las embarcaciones y de las zonas delimitadas para ellas. Pero si es usted el que navega con una de ellas, extreme las medidas y tome todas las precauciones antes de acercarse a la orilla. En los trampolines, toboganes, y demás atracciones acuáticas, hay que seguir siempre (y cumplirlas) todas las normas de seguridad de las instalaciones, así como las indicaciones de los vigilantes. Aun así ocurren accidentes. Desgraciadamente, las lesiones de cuello y espalda están a la orden del día. Sus síntomas son los dolores extendidos en esa zona, la alteración de la sensibilidad en las extremidades (hormigueo, calambres, sensación de agarrotamiento, insensibilidad) y la pérdida de fuerza en las mismas. ¿Qué hacer entonces? Lo primero, sacar del agua al afectado y colocarlo en una superficie lisa y plana, con mucho cuidado, manteniendo siempre rectos y alineados el cuello y la espalda. Después, pida ayuda a los vigilantes, al centro de salud más próximo o al 061. En ningún caso abandone al accidentado, no le deje sólo, y vigílele constantemente. Por último, mientras llega la ayuda del personal sanitario, manténgale abrigado para que no se enfríe.