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Una ambiciosa operación urbanística dota a la capital alavesa de suelo para varias décadas

El Ayuntamiento de Vitoria ha apalabrado la mayor operación urbanística de su historia, al hacerse con el control de 4,7 millones de metros cuadrados, una extensión superior a 470 campos de fútbol, de los cuales 3,9 están en manos privadas. En esa extensión, situada en las zonas de Salburua -al este- y Zabalgana -al oeste- se construirán 21.000 pisos, un número suficiente para dar respuesta a un tercio de la población actual de Vitoria. El 70% de la edificación será de protección oficial, de 8 a 15 millones. La iniciativa privada construirá 6.000 viviendas libres.

El Ayuntamiento de Vitoria se ha asegurado, sin coste alguno, el control de 4,7 millones de metros cuadrados de suelo edificable gracias a un preacuerdo alcanzado hace diez días entre el alcalde, José Ángel Cuerda, y cuatro grandes propietarios de terrenos en Salburua y Zabalgana. Los dueños han trasladado esta semana los términos del pacto a una comisión formada por 14 personas, que ejercen el control sobre la mitad del suelo en esas dos grandes áreas. Este trámite se considera definitivo para que, en el mes de septiembre, los más de 300 propietarios ratifiquen definitivamente el convenio. Después, deberá hacer lo propio el pleno del Ayuntamiento. Tras casi dos años de negociaciones, queda ya lejos la oferta inicial del Ayuntamiento de pagar a cada propietario 2.000 pesetas por metro cuadrado. Según aseguró ayer un miembro de la comisión de grandes propietarios a este periódico, el pacto se ha cerrado en otros términos distintos, calificados como buenos por ambas partes. De las 21.000 viviendas que se construirán, un 70% serán protegidas y se distribuirán en un 20% de pisos sociales (ahora mismo a 8 millones de pesetas), un 40% de segmento medio (a un precio de 12 millones) y otro 10% de segmento alto (a 15 millones). La repartición hecha entre los negociadores dejará al Ayuntamiento con el control directo de un 60% de los pisos -los sociales y los de segmento medio-, mientras que la iniciativa privada construirá ese 10% de VPO más cara, además de un 30% de vivienda libre. La urbanización del terreno se costeará a partes iguales entre el Ayuntamiento y los propietarios privados. Además, los constructores deberán destinar a equipamientos -centros cívicos, polideportivos, etcétera- un fijo de 500.000 pesetas por cada vivienda, es decir, que se obtendrán unos 10.500 millones para este fin. Ambas partes se comprometen mediante el convenio a coordinar sus pasos, de modo que las viviendas libres se construyan simultáneamente a las protegidas y con ello se realice un desarrollo racional de esos terrenos. 10.500 pisos en cuatro años El acuerdo permitirá la construcción de 21.000 viviendas, de las cuales la mitad se deberá edificar en el próximo cuatrienio, poniendo como fecha de inicio la aprobación del Plan General, cuya publicación se hará este año. En realidad, esta operación permitirá garantizar la expansión de la ciudad para las próximas décadas. Teniendo en cuenta el promedio de 2,9 habitantes por cada vivienda y que Vitoria crece a un ritmo de 1.300 personas al año, manteniendo la actual progresión, el suelo edificable estaría asegurado en la ciudad para el próximo medio siglo. De hecho, daría cabida a más de 60.000 personas, casi un tercio de la actual población de la ciudad. El convenio permite al Ayuntamiento tener el control sobre el terreno de Salburua y Zabalgana sin necesidad de desembolsar ningún dinero. No comprará directamente el suelo, sino que lo consigue a cambio de ceder el 40% de la construcción a los propietarios privados. Las dimensiones de Salburua y Zabalgana convierten a esta operación urbanística en la de mayor trascendencia en Vitoria y también, por sus proporciones, del País Vasco. El último precedente comparable se remonta a los años setenta, cuando el Ayuntamiento municipalizó el suelo del barrio de Lakua, que ahora está en su tramo final de edificación. Salburua y Zabalgana, situadas al este y al oeste de la ciudad respectivamente, cuentan con una extensión de 600 hectáreas por ocupar. Aproximadamente 130 de ellas pertenecen a parques y zonas verdes de titularidad pública. El convenio entre el Ayuntamiento y los particulares se circunscribe a las 470 hectáreas restantes, que equivalen a un mismo número de campos de fútbol. De ese terreno objeto de negociación, el 83% pertenece a propietarios privados. El resto, a instituciones, principalmente el Ayuntamiento, aunque también existen pequeñas parcelas de la Diputación de Álava, las juntas administrativas e incluso el hospital de Santiago. Salburua está atravesada por la antigua N-I, la carretera que hoy une Vitoria con la academia de la Ertzaintza, en Arkaute. En sus campas celebra en los últimos años el PNV su Alderdi Eguna (día del partido) y se mantiene,fuera de uso, la pista del antiguo aeródromo. Zabalgana ocupa una extensión algo inferior, pero también ronda los dos millones de metros cuadrados. Está situada al oeste de la ciudad, linda al norte con la carretera que une Vitoria y el pueblo de Ali, y al sur con la salida hacia Madrid por la antigua N-I. El Ayuntamiento ha dado en las últimas semanas el visto bueno a la construcción de 2.500 pisos en Salburua para el año próximo.

Una bomba en mitad de la guerra

La noticia del acuerdo entre José Ángel Cuerda y los propietarios de Salburua y Zabalgana supone una bomba en mitad de la batalla dialéctica que mantienen en los últimos días, y años, el alcalde de Vitoria y el consejero de Vivienda, Patxi Ormazabal. Este último desveló el pasado lunes unos datos que situaban a la capital en la cabeza de las ciudades vascas con la vivienda libre más cara. Contestó Cuerda cuestionando tales cifras y diciendo que "no son reales" y de nuevo Ormazabal replicó ayer que los argumentos del alcalde son una "tomadura de pelo". La guerra, en realidad, dura años y enfrenta al alcalde no sólo con el consejero de Eusko Alkartasuna, sino también con la Sociedad de Tasación, en Madrid, y con la oposición municipal al pleno: PSE, PP, HB e IU. Cuerda, gran conocedor de la política urbanística, no ha podido sin embargo detener la especulación en los últimos años, traducida en una tremenda carestía de vivienda libre en la ciudad, hasta encaramarse Vitoria en los primeros lugares de la clasificación de precios. Al final, este área ha sido el principal blanco de las críticas hacia su gestión en el Ayuntamiento. Hay quienes le acusan de exceso de celo. Sea como fuere, el convenio que se firmará este año para Salburua y Zabalgana concede, en principio, un enorme respiro para Cuerda y su equipo. Las dos partes firmantes, sobre todo los promotores, coinciden en señalar que la operación significará una bajada de los precios. En el Ayuntamiento, un portavoz autorizado recordó ayer que "no siempre la ley de la oferta y la demanda se cumple a rajatabla en la política urbanística", pero confía en que ayude si se cumple el compromiso de edificar vivienda libre al mismo tiempo que los pisos protegidos. Existen fórmulas, que se deberán negociar en los próximos meses, para, por ejemplo, "construir mil viviendas libres cada año. Una gran oferta sí podrá influir en la demanda", propone el Ayuntamiento. En cualquier caso, el equipo de gobierno cree que el acuerdo "transformará radicalmente el tema de la vivienda" y que solucionará este problema paras las siguientes "una o dos generaciones; es una respuesta absolutamente definitiva", se enfatiza.

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