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Una auditoría acusa de despilfarro a la agencia de la ONU para los refugiados

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) despilfarra sumas multimillonarias donadas por Estados occidentales a causa de su mala gestión, su dudosa contabilidad y, tal vez, por prácticas fraudulentas, según una auditoría que será presentada en otoño ante la Asamblea General de la ONU y cuyo contenido fue anticipado ayer por el diario británico Financial Times. La dirección de la agencia humanitaria, que es responsable de 22 millones de refugiados, desmintió ayer en Ginebra estas acusaciones

El ACNUR reaccionó con virulencia ante la información del Financial Times, que consideraba que su gestión se halla sumida "en una maraña de chapuzas y despilfarros". Tras reconocer que puede haber fallos económicos, el portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados, Kris Janowski, afirmó que el informe periodístico se hallaba plagado de inexactitudes.Esta polémica, además, se produce en un momento en el que el ACNUR se enfrenta a las críticas de los países donantes, que se resisten a entregar fondos a una agencia que parece incapaz de resolver los problemas humanitarios. El Gobierno británico ha sido uno de los primeros en recortar sus aportaciones ante la sospecha de que se han producido abusos económicos. Fuentes del propio ACNUR han reconocido que, a pesar del continuo aumento de sus operaciones de ayuda a los refugiados, la estructura interna de la agencia no se ha adaptado a unas estrictas reglas de control de la gestión.

Entre las irregularidades detalladas por el Financial Times, destaca el despido de un ejecutivo que había sido contratado precisamente para mejorar los sistemas de auditoría interna del ACNUR y que había descubierto dos operaciones fraudulentas en África por un importe de 2,5 millones de dólares (380 millones de pesetas).

Janowski desmintió la acusación con estos argumentos: "En una organización que maneja mil millones de dólares al año y que emplea a más de 5.000 personas en todo el mundo para atender grandes emergencias humanitarias puede haber algunos pequeños problemas contables, pero no se puede cuestionar la solidez de la organización en su conjunto".

El portavoz de ACNUR, no obstante, confirmó ayer que un exjefe regional de la agencia en Kinshasa (Congo) fue destituido tras detectarse "serias irregularidades" en su gestión. El Financial Times había sido aún más preciso, al informar de que el citado funcionario de la ONU utilizó 20.000 dólares de los fondos humanitarios para pagar sus llamadas telefónicas y gastos de transporte particulares.

La investigación del Financial Times cuestiona también el papel de la máxima responsable del ACNUR desde 1991, la japonesa Sadako Ogata, tras las graves crisis humanitarias de los Balcanes y de la región de los Grandes Lagos.

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