Ladridos vecinales
Antes de comenzar, quiero dejar claro que no estoy en contra de tener animales de compañía. Lo que pretendo poner de manifiesto es la completa indefensión que sufrimos quienes padecemos la tortura de tener como vecinos a personas irresponsables propietarias de perros, que nos hacen la vida imposible con sus constantes ladridos. Puede parecer una exageración, pero es un verdadero fastidio. Creo que sería oportuno que se reflexionase sobre este asunto desde instancias superiores y que se plantease la necesidad de difundir consignas de comportamiento, en favor de la responsabilidad que supone tener animales. Incluso, con el tiempo, dichas consignas podrían cristalizar en medidas legislativas.En mi caso, mi bienestar psíquico depende de las ganas que pueda tener el Cuqui de mi vecino de enfrente. De nada ha servido apelar a su civismo: "Es mi perro y tiene derecho (¿...?) a ladrar porque ésta es mi casa, etcétera". En el Ayuntamiento: "Es su perro y tiene derecho a ladrar, siempre que no sea a altas horas de la madrugada".- Madrid.
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