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Atasco de ocho horas a la salida de la N-VI al volcar un camión cisterna

Jan Martínez Ahrens

La carretera de A Coruña se convirtió ayer en una ratonera para miles de conductores. El vuelco de un camión cisterna cargado con 30.000 litros de gasolina y gasóleo obligó a desviar la circulación en el sentido de salida de esta vía. La medida provocó que durante ocho horas (el tiempo que requirieron los trabajos de limpieza de la calzada y de retirada del vehículo) se formase un espectacular atasco y se repitiesen las escenas de desesperación vividas el lunes en la carretera de Toledo (N-401) cuando el tráfico quedó cortado más de tres horas en ambos sentidos por el vuelco de otro camión cisterna.

El accidente de ayer se registró a las once menos cuarto de la mañana en el kilómetro 24 de la N-VI, a la altura de Las Rozas. Un Renault Clio y un Opel Vectra que circulaban en sentido de salida de Madrid chocaron. Al intentar esquivar a los turismos, un camión cisterna de la compañía British Petroleum volcó y chocó contra la valla protectora de la carretera. Uno de sus cinco depósitos (de 6.000 litros) se quebró y derramó su combustible sobre la calzada. Empezaba el atasco.

Ante el peligro de que la gasolina prendiese (a partir de los 21 grados existe ese riesgo), los bomberos de la Comunidad cubrieron la zona del accidente de espuma. Entretanto, las ambulancias de la Cruz Roja hospitalizaron en el Puerta de Hierro a los tres conductores implicados en el choque. PASA A LA PÁGINA 4

Hora punta

Los atrapados en la N-VI recibieron 3.500 litros de agua

La proximidad de la hora punta de salida llevó luego a ordenar otro drástico desvío. El sentido de entrada, que hasta entonces había permanecido incólume al atasco, cambió radicalmente su configuración: a lo largo de seis kilómetros, los coches que se dirigían a Madrid fueron obligados a circular por la correspondiente vía de servicio, mientras que en ese tramo los tres carriles de entrada se habilitaban para la circulación de salida. Pero nuevamente el colapso hizo acto de presencia, lo que llevó a la DGT a permitir el tráfico de entrada en uno de sus carriles originales.Mientras tanto, en el lugar del accidente, 25 bomberos de la Comunidad, en coordinación con la Guardia Civil, trabajaban en la limpieza de la calzada y en neutralizar el combustible que quedaba en la cisterna. Para completar esta tarea, British Petroleum envió un camión. Una vez vaciado, se desgajó la cabina de los depósitos y éstos, con ayuda de dos grúas, fueron izados y remolcados. "Si hubiese sido un camión de patatas habríamos acabado enseguida. Pero al ser un transporte de mercancías peligrosas, todo se ha hecho con el máximo cuidado y eso ha retrasado la operación", explicó un portavoz de los bomberos. A las 18.42, la DGT abrió finalmente a la circulación la totalidad de la N-VI.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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