El cielo no pudo esperar
Esta imagen pronto puede ser historia si prospera el proyecto municipal de cerrar definitivamente el cine Avenida, último de su género que queda en Sevilla. Cualesquiera que sean los planes municipales, es difícil superar los ingredientes que la noche del domingo, sin ir más lejos, ofrecía esta sala situada en el corazón de Triana: una buena película, La novia de mi mejor amigo, selecta nevería -las clásicas papas aliñás-, aromas de jazmín y dama de noche y el colofón involuntario de los fuegos artificiales con los que se ponía punto final a una nueva edición de la Velá de Triana. Al hombre que regenta el cine lo sacó de un buen apuro hace años la película El cielo puede esperar, de Warren Beatty, proyectada con objetivos caseros porque le robaron los de la cabina. Ayer el cielo no pudo esperar.
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