Una tarde con poco para el recuerdo
La corrida hispano-portuguesa que la empresa montó ayer domingo como homenaje a la Expo de Lisboa, según rezaban los carteles anunciantes, resultó al final larga y pesada, un tanto pobre de espectáculo y con no demasiadas cosas que llevarse para el recuerdo, esa antología que la memoria reserva para los momentos estelares. Saldo de ganaderías y desigual acierto en los diestros.Hubo toros manejables, pero mansearon demasiado y no estuvieron muy bien de fuerzas, exceptó el último de la tarde, que cobró un primer buen puyazo, y que a pesar de renquear levemente de una mano, embistió luego en la muleta con el morro noble por el suelo.
Rui Bento Vazques se cayó en la cara de su primer toro sin consecuencias, al comienzo de su faena de muleta, y el mismo se hizo el quite echando la tela roja a la cara del toro, que a la postre fue noblote y soso. Iba la res con la cara por las nubes, al salir del muletazo, y Rui Bento le enjareto una entonada faena, en la que sobresalieron las tandas por el pitón derecho. Pero faltaba la emoción de la casta y aquello no producía la menor inquietud. Algún despacioso pase de pecho le fue jaleado.
Louro / Bento, Cuéllar, Millonario; Joao Ventura
Toros de Louro Fernández de Castro (tres rechazados en el reconocimiento), y uno para rejones de Hnos. Astolfi; 2º de Fuenteblanca, 4º y 5º de Ramón Flores, desigualmente presentados, en general mansos, de juego muy irregular.Rui Bento Vazques: estocada atravesada y dos descabellos (ovación); estocada caída (ovación con protestas). Juan Cuéllar: estocada casi entera contraría -aviso- descabello ( ovación); pinchazo hondo tendido soltando y descabello (silencio). Roberto Antolín, "El Millonario", que confirmaba la alternativa: estocada trasera desprendida y descabello (ovación); dos pinchazos, estocada desprendida -aviso- dos descabellos (ovación). Joao Ventura: dos princhazos caídos, rejón contrario caído, pinchazo y rejón contrario bajo (silencio). Amadores de aposento de chamusca : ovación. Plaza de Las Ventas. 26 de Julio. Menos de media entrada
El torero de origen portugés recibió a su segundo toro bien de capa, en unas verónicas de trazo limpio, que remató de media de gusto y de buen juego de brazos. La faena de muleta esta vez fue casi toda por el pitón izquierdo. Quiso llevar al toro hacia adentro y consiguió algún natural limpio.
Juan Cuéllar no tuvo demasiada suerte con su lote. Su primero era un manso al que tuvo que consentir sin demasiada fortuna, y al que después de porfiarle logró robarle sueltos derechazos, cuando le bajó la mano y no le punteó la muleta. Concluyó su trasteo con un abaniqueo airoso y un intento, tímido, de torear al natural.
El torero de Colmennar de Oreja, nada pudo hacer en su segundo, pues el toro se lesionó una mano en el tercio de banderillas y tuvo que abreviar. Dos o tres muletazos por la cara y a por la espada de acero.
Roberto Antolín, que confirmaba su alternativa, se las vió en el toro de la ceremonia con un mansazo al que tuvo que desafiar y poder en la querencia de chiqueros, junto a tablas. Una faena de muleta interesante en la que no faltó la necesaria entrega.
Le llegó la suerte del sorteo en su segundo, un noble toro que embestía con ritmo y son, y al que aprovechó a medias. Banderilleó él mismo, seguro y suficiente, y después construyó un trasteo de series por el pitón derecho templadas. Comienzo y epílogo de fanea fue lo más notable.
El rejoneador Joao Ventura estuvo, puede decirse que discreto, con más pena que gloria, desacertado con el rejón de muerte. Pero salieron antes del trance final los forcados, y dejaron mejor el pabelllón de suertes taurinas de la tierra hermana, en una pega de cara en la que pararon al primer envite al morlaco colorado. El público aplaudió y la cuadrilla de "amadores de aposento de chamusca" saludó feliz y satisfecha.
Babelia
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