La boda que no cesa
En respuesta a las cartas de 13 y 17 de julio de Ángel Fernández y Emilio González, respectivamente, sobre la polémica suscitada por Manuel Herrera Menchén con la celebración de su banquete de bodas, informo que: - Dicho subdirector del colegio mayor Maese Rodrigo no es profesor de la Universidad de Sevilla, sino que ejerce funciones de subdirector en su servicio de deportes (Sadus) con carácter interino. - Sí, es cierto, y lo confirma un invitado, se cometieron toda una serie de infracciones a la legalidad vigente. Desde el tráfico de influencias (por el uso de un centro público para fines privados) hasta la contaminación acústica (utilización de un equipo de sonido de más de 100 decibelios). La excusa que Emilio González interpone cae por su gravedad. Por la misma regla de tres, cualquier trabajador de la Administración pública tiene derecho al uso y disfrute particular de las instalaciones en las que trabaja. O, ¿es que un trabajador de inferior categoría es menos? Quizá éstos tengan más derecho que aquél. Toda vez que habiendo pasado satisfactoriamente sus correspondientes concursos-oposiciones, gozan de una plaza fija y no son contratados interinos por procesos selectivos amañados. Sin poner en tela de juicio la funcionalidad del mencionado colegio mayor, de lo que se trata es de criticar el aprovechamiento de uno de sus subdirectores. Acostumbrado a la prepotencia de quien se cree en el poder absoluto, Manuel Herrera se burló de la legalidad vigente. ¡Qué cumplan otros! Aprovechamiento y usurpación de los medios públicos, constante devenir de los reinos de Taifas a las que Andalucía está acostumbrada desde siglos.- .
