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González pide que "la cacería" se centre en él y deje tranquilos a quienes estaban "en la línea de tiro"

Anabel Díez

Felipe González pidió ayer a sus enemigos que centren en él su "cacería" y "dejen tranquila a la gente que estaba en la línea de tiro". González insistió en que el caso Marey deriva de una "operación antigua" dirigida contra él cuando era presidente del Gobierno y afirmó que asume plenamente las responsabilidades políticas, pero en dirección contraria a la que "el sindicato del crimen y sus aledaños" pretenden que siga. El PSOE está preparando un escudo de protección alrededor de su ex secretario general porque cree que su "persecución" no ha hecho más que empezar.

Felipe González, que ha abandonado España durante unos días, manifestó ayer a Tele 5 en el aeropuerto de Madrid-Barajas su sorpresa por que el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, se haya estrenado haciendo declaraciones, coincidentes con un editorial de El Mundo publicado el viernes, sobre una sentencia, la del caso Marey, que todavía no existe, ya que no está redactada ni firmada por los magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. A su juicio, tanto el editorial como el pronunciamiento de Piqué son hechos "de extrema gravedad" desde la perspectiva del respeto a un Estado de derecho. En su intervención, el portavoz del Gobierno señaló que está en las hemerotecas la vinculación que González hizo entre las responsabilidades penales y las políticas.El ex presidente del Gobierno socialista reafirmó ayer la inocencia de José Barrionuevo y Rafael Vera y añadió: "Como se está viendo muy claro, toda la operación antigua era contra mí. Sólo les pido que dejen tranquila a la gente que estaba en la línea de tiro de esa cacería. Que la concentren en mí. Porque yo tengo realmente paciencia y tenacidad para seguir luchando, como toda mi vida, por el restablecimiento de unas reglas de juego limpias. Así, pues, que dejen a la gente que encuentran al paso en la línea de tiro y que hagan como ha hecho en su editorial el periódico del Gobierno: concentrarse en mí. Que dejen tranquilos a los otros".

"Lo que sí es sorprendente", añadió, "es que el periódico oficial del Gobierno, El Mundo, haga un editorial sobre el fondo de la sentencia, que no está redactada. Es algo difícil de explicar en el funcionamiento normal de las instituciones en el Estado de derecho. Y más difícil de explicar todavía es que el nuevo portavoz del Gobierno se estrene haciendo un comentario sobre ese editorial; no puede ser sobre el contenido de la sentencia porque no está redactada".

Dado que Piqué y dirigentes de IU le han pedido que asuma responsabilidades políticas por el caso Marey, González respondió: "Yo estoy diciendo que las asumo con total plenitud, pero probablemente en la dirección contraria del sindicato del crimen y de sus aledaños". Una expresión un tanto críptica con la que probablemente se refería a la disposición que acababa de mostrar para luchar por unas "reglas de juego limpias" y en defensa de la gestión de sus sucesivos Gobiernos.

Los socialistas creen que la persecución de González no ha hecho más que empezar. Su convencimiento viene de la reacción del PP y de IU al conocer el fallo del Supremo sobre el caso Marey y que ha consistido en exigir que González asuma responsabilidades políticas.

La cúpula del PSOE está recibiendo presiones de distintas federaciones socialistas para que, una vez que haya sentencia, no sólo se reúna el órgano que agrupa a los barones regionales, el Consejo Político Territorial, sino también el Comité Federal, máximo órgano de representación del partido entre congresos, dado que la situación debe considerarse de extrema gravedad.

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En esta ocasión, los socialistas no disputan entre ellos, sino que rivalizan en hallar la respuesta más adecuada a la actitud del PP. Sin que aún haya sentencia, en el PSOE se da por supuesto que sólo pueden hablar de política y del PP, persuadidos de que los populares buscan de nuevo el aniquilamiento político de González y "la criminalización" de los 14 años de Gobierno socialista.

Ése es el análisis de la ejecutiva, compartido por los principales dirigentes regionales y por el candidato a la presidencia del Gobierno, José Borrell. Todos ellos han establecido una especie de rueda permanente de comunicación, que se ha mantenido este fin de semana y culminará mañana en la reunión de la ejecutiva.

La dirección del PSOE no está dispuesta a permitir el "linchamiento" de quien consideran el valor más importante de su organización. El presidente del partido, Ramón Rubial, rompió ayer su silencio para decirlo en voz alta. "Ha habido una trama con el único propósito de encarcelar a Felipe González. Han fracasado y sus promotores no han logrado apartarlo de la política".

El veterano dirigente hizo una advertencia: "Los que urdieron esa trama ven a González como el alma, el sostén y la representación de todo el PSOE sin darse cuenta que en este partido hay otros 400.000 dispuestos a cumplir con su deber".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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