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La reforma de Torre Baró comenzará con 13 años de retraso y costará 4.300 millones

El Proyecto Especial de Reforma Interior (PERI) de Torre Baró se hará realidad con 13 años de retraso. La inversión necesaria para su ejecución asciende a 4.300 millones de pesetas. El Ayuntamiento de Barcelona anunció ayer que destinará 1.600 millones a la primera fase, que empezará el mes de septiembre próximo. El concejal del distrito de Nou Barris Antoni Santiburcio consideró que el PERI aprobado en 1985 "peca de bucólico y de algo desfasado", por lo que adelantó que se realizarán algunas modificaciones en él.

Para que la operación sea viable, el Ayuntamiento cuestiona la tipología de las viviendas, que según el PERI debían ser casas de planta baja adosadas. Los técnicos estudian la posibilidad de levantar inmuebles de planta baja más tres o cuatro pisos de altura, siempre y cuando no afeen la fisonomía de un barrio encaramado en uno de los extremos de la sierra de Collserola, entre Ciutat Meridiana, Roquetes y Trinitat Nova. Tanto el alcalde Joan Clos como Santiburcio descartaron que pudiera haber el menor parecido con los bloques vecinos de Ciutat Meridiana. En los 13 largos años en los que el PERI ha permanecido congelado, en Torre Baró han pasado muchas cosas. De los 6.000 habitantes que llegaron a ser, sólo quedan 2.000. Para la asociación de vecinos no hay duda de que en la pérdida de población ha sido determinante la afectación de unas fincas que se han ido degradando porque no se concedían licencias de obras para reformarlas. Sus propietarios se hartaban de esperar que les dieran otra vivienda y acababan marchándose del barrio. "Ni hacían ni dejaban hacer", señala la secretaria de la entidad vecinal, Rosi Martín, para explicar la dejadez de muchos inmuebles. De las 800 viviendas que integran el parque inmobiliario, 200 están casi en ruinas, 400 necesitan reformas y sólo 200 se consideran en estado óptimo. La superficie afectada por el PERI de Torre Baró es de 54 hectáreas, es decir, el equivalente a 54 manzanas del Eixample. Las familias expropiadas que serán realojadas en el mismo barrio, en pisos que construirá el Ayuntamiento, serán 175. En la Asociación de Vecinos de Torre Baró evitaron ayer lanzar las campanas al vuelo cuando supieron que se había hecho público (minutos después de que el alcalde Joan Clos, acompañado por Santiburcio y la teniente de alcalde y presidenta de Nou Barris, Eulàlia Vintró, recorrieran el barrio) un proyecto sobre el que a ellos les exigieron una total reserva. La secretaria de la entidad, Rosi Martín, no quería pecar de pesimista: "Quisiera creerlo pero, verá usted, nos lo han dicho tantas veces... Soy de Torre Baró de toda la vida y he oído hablar desde cría del plan parcial, del plan comarcal y del PERI. Pronto me jubilaré y aún estamos esperando que cumplan". Sobre las modificaciones anunciadas por Santiburcio, Martín se mostró comprensiva: "Si se hacen bloques", dijo, "tendrán que adaptarse bien al terreno".

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